02 septiembre 2019

Alimentación consciente: mejora tu relación con la comida

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Estamos en verano y con él, las vacaciones, los días de relax para disfrutar con amigos y familia, muchas veces alrededor de una mesa. Para muchas personas comienza también el eterno dilema de decidir entre hacer dieta o dejarse llevar. La alimentación consciente nos ayuda a manejar esto y a mejorar nuestra relación con la comida.
En muchos casos, una dieta azarosa es el resultado colateral de una vida muy ocupada que se prolonga en los periodos de descanso. En muchos casos se ha perdido completamente el sentido de relación con nuestra alimentación y nuestro cuerpo. Nos hacemos conscientes cuando aparecen problemas de sobrepeso o sensación de malestar después de las comidas.
Es entonces cuando nos planteamos si debemos dejar de comer ciertos alimentos o ponernos a dieta para reducir los kilos de más. Aparecen la culpa y los reproches internos por los alimentos que comemos… y por aquellos que no..
La alimentación consciente no se refiere tan solo a qué es lo que comemos, también a cómo lo comemos. De poco nos sirve cambiar el tipo de alimento si lo degustamos de manera demasiado rápida, sin masticar lo suficiente y sin permitir que nuestros sentidos disfruten del momento y de la experiencia de comer.
Chica comiendo ensalada

Comer más de la cuenta

Nuestro cerebro necesita alrededor de 20 minutos para recibir y analizar las señales de saciedad que emite el estómago. Al comer muy rápido, también es muy probable que terminemos comiendo más de lo necesario.
Masticar y tragar no es comer de manera consciente. El acto de comer está acompañado siempre de estados emocionales. Cuando comemos de manera consciente, el estado emocional es de satisfacción. Sin embargo, cuando comemos de manera inconsciente el estado emocional que se desarrolla suele ser incómodo, demasiado lleno, hasta letárgico.
Un estudio realizado por Langer, Warheit y Zimmerman indicaba que, después de cada comida, el 44% de los sujetos pensaban que tenían un problema de sobrepeso. Más del 45% se sentía culpable después de comer.

Las cuatro preguntas

Para comenzar a llevar la alimentación consciente a nuestras vidas, trabajaremos la atención. nos esforzaremos por crear un continuo de consciencia. Cuanto más conscientes seamos de nuestra relación con la comida, más posibilidades tendremos de mejorar en este sentido.
Hacerse consciente de lo que se quiere y se debe comer antes, durante y después del proceso de alimentación. Para ello, nos hacemos cuatro sencillas preguntas:
  • ¿Mi satisfacción con la forma en que me relaciono con la comida es alta o baja?
  • ¿El nivel de placer que me proporciona la comida durante el proceso de alimentación es alto o bajo?
  • ¿Consumo porciones normales de comida o suelo elegir una porción más grande de lo normal?
  • ¿Al terminar de comer me siento contento o incómodo?
Cuando ejercitamos nuestra atención en responder estas preguntas, empezamos el proceso de una alimentación consciente. Comprometer la consciencia y nuestra atención es dar paso a una alimentación más saludable.
Por el contrario, cuando nuestra consciencia y nuestra atención se distraen, perderemos el control sobre lo que comemos. Hay una excepción, y es que hayamos planificado muy bien qué vamos a comer y también cuánto vamos a comer.

El comer emocional

Nuestra manera de comer está muy influenciada por nuestro entorno sociocultural, pero también lo está, y de manera muy íntima, por nuestras emociones. Según cómo desarrollemos la capacidad para regular nuestras emociones puede ayudarnos mucho a regular el hábito de la alimentación consciente.
Comemos emocionalmente cuando no somos capaces de distinguir las emociones, tanto agradables como desagradables, con la sensación real de hambre. También la baja tolerancia al malestar emocional impulsa a las personas a comer injustificadamente y de forma inconsciente: lo que se conoce popularmente como asaltar la nevera.
La comida como recurso de afrontamiento para manejar emociones es una vía incorrecta y completamente alejada de la alimentación consciente. La comida no es un alivio ni un entretenimiento ni un ansiolítico ni un antidepresivo. Esta forma de utilizar la comida no es más que una vía rápida que utiliza el cerebro para obtener una disminución momentánea a algún tipo de angustia vital. El problema es que son actitudes que terminan convirtiéndose en un hábito.
Mujer comiendo pasteles que afectan su cerebro

Desarrollar consciencia, desarrollar alimentación consciente

La práctica regular de la auto observación ayuda a manejar mejor nuestras habilidades de alimentación consciente. También es la manera de evitar el autosabotaje. La solución pasa por construir nuevos hábitos alimenticios basados en la consciencia. Es fundamental empezar a preguntarnos si el hambre que sentimos es hambre física o simplemente hambre emocional. Empezar a identificar nuestras emociones y a manejarlas adecuadamente.
Ejercitarnos en posponer la comida hasta el momento de la misma y no adelantarla con justificaciones de cualquier tipo. Hacer un incremento consciente de otras actividades placenteras que no estén relacionadas con la comida.
La alimentación consciente es una habilidad que se puede adquirir y entrenar. Cuando pasamos de comer emocionalmente a comer de manera consciente también pasamos a sentirnos mejor porque nos estamos cuidando; percibimos que tenemos control sobre lo que comemos y, por lo tanto, control sobre nuestro cuerpo.
Sonia Budner

Así se relaciona lo que comes con tu ánimo


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Lo que comemos y cómo nos sentimos anímicamente no son conceptos aislados. Cada vez más estudios y más investigadores nos alertan de que la relación es estrecha; y es un camino que se recorre en una doble dirección.
Comer de forma sana, equilibrada y variada puede mejorar nuestro humor y hacer que nos sintamos más vitales y alegres.
  • En cambio, una dieta repetitiva y monótona (siempre los mismos alimentos preparados igual) y con poca variedad de productos frescos puede afectar al ánimo mucho más de lo que imaginas.

BUENA ENERGÍA PARA TUS NEURONAS

El cerebro necesita un suministro constante de energía en forma de glucosa para poder funcionar correctamente (este azúcar es el combustible principal de ese órgano), lo que es fundamental para mantener un estado de ánimo bueno y estable.
Ahora bien, no conviene conseguir esa energía de los alimentos ricos en azúcares sencillos (dulces y bollería, golosinas, galletas, refrescos comerciales...) o harinas blancas porque se digieren muy rápido y, cuando desaparece el efecto, el ánimo decae y las fuerzas, también.
  • Si además contienen demasiadas grasas malas, no solo hará que engordes sino queimpedirá que el cerebro tenga la agilidad necesaria.
Todo aquello que suba muy rápido tu glucosa te provocará luego cansancio y tristeza
Lo mejor es optar por los cereales integrales (y los productos elaborados con sus harinas), así como por legumbres (alubias, lentejas, garbanzos, etc.) y verduras. Gracias a la fibra que aportan estos vegetales, sus carbohidratos son de liberación lenta.
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LA COMIDA QUE ADORMECE AL CEREBRO

Podríamos decir que la comida 'rápida o chatarra' “apaga” nuestro cerebro. Esta expresión, que puede parecer desmesurada, refleja fielmente lo que ocurre con nuestras neuronas cuando nos excedemos comiendo comida rápida: se adormecen.
Tanto una gran comilona como comer poco te dejarán con el ánimo bajo
  • En cambio, la directora de la Sociedad Internacional de Psiquiatría Nutricional, Felice Jacka, ha demostrado que una dieta alta en verduras, frutas, pescado y cereales integrales (la carne roja solo de vez en cuando) reduce el riesgo de sufrir depresión y ansiedad.
  • Resultado de imagen de frutos secos platanos

NUTRIENTES QUE TE HACEN MÁS FELIZ

Hay alimentos que contienen nutrientes que colaboran en la producción de serotonina (la hormona del bienestar), por lo que pueden ayudar a mejorar el ánimo:
  • El triptófano: Se encuentra en huevos, carnes rojas y blancas, pescado, leche y sus derivados, legumbres, cereales integrales, frutos secos, plátano, dátiles y chocolate.
  • Vitamina B6: Todas las vitaminas del grupo B son importantísimas para sentirte bien y mantener sano el sistema nervioso, pero especialmente esta. La encuentras en cereales integrales, carnes, legumbres, pescados, verduras de hoja verde, nueces, cacahuetes, germen de trigo y levadura de cerveza. El aguacate y el plátano son especialmente ricos en ella.
  • Magnesio, zinc y omega 3: Que no falten en tu mesa pescados azules pequeños, marisco, semillas de lino, legumbres, frutos secos y frutas desecadas.

MENÚS PARA TENER UN BUEN DÍA

Te damos algunos ejemplos de menús diarios con los que conseguirás estar más vital y positiva.
Para desayunar, llénate de energía y mejora tu ánimo:
  • Infusión• 1⁄2 sándwich con rúcula, pepino y tortilla • Kiwi
  • Café • Bol de avena, nueces, 2 dátiles y yogur • Ciruelas
  • Infusión • Mini integral de pavo, tomate y lechuga • Pera
  • Café • Mini de tomate, lechuga y jamón ibérico • Manzana
Llena de color tus platos y te asegurarás una completa variedad de nutrientes
A la hora de comer, platos nutritivos que te aportan vitalidad y alegría:
  • Aguacate, lechuga y pipas de calabaza • Conejo al curry con verduras y arroz • Cerezas
  • Garbanzos con calabaza y judías verdes • Bacalao y pisto • Yogur
  • Pasta con brócoli y anchoas • Pollo y verduras • Melocotón
  • Verduras con romesco • Marmitako de caballa • Cuajada
Y para cenar, platos ligeros y saludables que te induzcan al sueño:
  • Calabacín con quinoa y setas • Sardinas al horno • Yogur con pasas
  • Ensalada con trigo tierno • Tortilla de bacalao y acelgas • Plátano
  • Berenjena al horno • Merluza con almejas • Macedonia
  • Crema de calabacín y puerro con semillas • Hamburguesa vegetal • Plátano

30 agosto 2019

EL PODER CURATIVO DE LAS PALABRAS.....


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La palabra, junto con el poder de la vibración es capaz de crear, sanar y también destruir.
La teoría indica que cuando focalizamos nuestra mente en algo, y a esto le sumamos el sentimiento y la emoción para finalmente expresarlo, estamos exteriorizando y materializando un poder que estará afectando los reinados de la materia
LO QUE LE DICES A TU SEMEJANTE, TE LO DICES A TI MISMO
Si cada uno de nosotros estuviésemos conscientes de que la energía liberada en cada palabra afecta no sólo a quien se la dirigimos sino también a nosotros mismos y al mundo que nos rodea, comenzaríamos a cuidar más lo que decimos.
Los antiguos esenios sabían de la existencia de un enorme poder contenido en la oración, el verbo y la palabra. Los antiguos alfabetos, como el sánscrito, el arameo y el lenguaje hebreo son fuentes de poder en sí mismos. Los esenios utilizaron la energía que canaliza el lenguaje – la cual era la manifestación final del pensamiento, la emoción y el sentimiento- para manifestar en la realidad la calidad de vida que deseaban experimentar en este mundo. En las culturas del antiguo Oriente eran utilizados los mantras, los rezos, los cánticos y las plegarias con una intención predeterminada como técnicas para materializar estados internos y programar, de una forma ignorada por nosotros en la actualidad, realidades pensadas, deseadas y afirmadas previamente.
Los estudios realizados por físicos cuánticos comienzan a redescubrir y validar el enorme conocimiento olvidado de antiguas culturas ancestrales. Un conocimiento que se encuentra aún escondido y olvidado y que nos aportaría el poder de cambiar nuestro mundo.
LAS PALABRAS PUEDEN PROGRAMAR EL ADN
La más reciente investigación científica rusa apunta a que el ADN puede ser influido y reprogramado por palabras y frecuencias, sin seccionar ni reemplazar genes individuales. Solo el 10% de nuestro ADN se utiliza para construir proteínas, y este pequeño porcentaje del total que compone el ADN es el que estudian los investigadores occidentales. El otro 90% es considerado “ADN chatarra”. Sin embargo los investigadores rusos, convencidos de que la naturaleza no es tonta, reunieron a lingüistas y genetistas -en un estudio sin precedentes- , para explorar ese 90% de “ADN chatarra”.
Los resultados arrojaron conclusiones impensadas: según los estudios, nuestro ADN no sólo es el responsable de la construcción de nuestro cuerpo, sino que también sirve como almacén de información y para la comunicación a toda escala de la biología. Los lingüistas rusos descubrieron que el código genético, especialmente en el aparentemente inútil 90%, sigue las mismas reglas de todos nuestros lenguajes humanos. Compararon las reglas de sintaxis (la forma en que se colocan juntas las palabras para formar frases y oraciones), la semántica (el estudio del significado del lenguaje) y las reglas gramaticales básicas y así descubrieron que los alcalinos de nuestro ADN siguen una gramática regular y sí tienen reglas fijas, tal como nuestros idiomas.
Por lo tanto, los lenguajes humanos no aparecieron coincidentemente, sino que son un reflejo de nuestro ADN inherente. El biofísico y biólogo molecular ruso Pjotr Garjajev y sus colegas también exploraron el comportamiento vibratorio del ADN. “Los cromosomas vivos funcionan como computadoras solitónicas/holográ ficas usando la radiación láser del ADN endógeno”. Eso significa que uno simplemente puede usar palabras y oraciones del lenguaje humano para influir sobre el ADN o reprogramarlo.
Los maestros espirituales y religiosos de la antigüedad han sabido, desde hace miles de años, que nuestro cuerpo se puede programar por medio del lenguaje, las palabras y el pensamiento. Ahora eso se ha probado y explicado científicamente. La sorpresa mayor fue descubrir la manera en que el 90% del “ADN Chatarra” almacena la información. “Imaginemos una biblioteca que en lugar de archivar miles de libros sólo guarda el alfabeto común a todos los libros, entonces, cuando uno solicita la información de un determinado libro, el alfabeto reúne todo lo contenido en sus páginas y nos lo pone a nuestra disposición”, aclaró Garjajev. Esto nos abre las puertas a un misterio aún mayor: que la verdadera “biblioteca” estaría fuera de nuestros cuerpos en algún lugar desconocido del cosmos y que el ADN estaría en comunicación permanente con este reservorio universal de conocimiento.
LA EVIDENCIA INESPERADA
El investigador Dan Winter, que desarrollara un programa de computación para estudiar las ondas sinusoidales que emite el corazón bajo respuestas emocionales, en una fase de la investigación con sus colegas, Fred Wolf y Carlos Suárez, analizó las vibraciones del lenguaje hebreo con un espectrograma. Lo que descubrieron fue que los pictogramas que representan los símbolos del alfabeto hebreo se correspondían exactamente con la figura que conforma la longitud de onda del sonido de cada palabra.
Es decir que la forma de cada letra era la exacta figura que formaba dicha longitud de onda al ser vocalizada. También comprobaron que los símbolos que conforman el alfabeto son representaciones geométricas. En el caso del alfabeto hebreo, las 22 gráficos utilizados como letras son 22 nombres propios originalmente usados para designar diferentes estados o estructuras de una única energía cósmica sagrada, la cual es la esencia y semblanza de todo lo que es. El libro del Génesis está escrito en este lenguaje.
Las letras de los antiguos alfabetos son formas estructuradas de energía vibracional que proyectan fuerzas propias de la estructura geométrica de la creación. De esta manera, con el lenguaje se puede tanto crear como destruir. El ser humano potencia el poder contenido en los alfabetos al sumarle el poder de su propia intención. Eso nos convierte en responsables directos de los procesos creacionales o destructivos en la vida. y con tan solo ¡la palabra!
EL PODER CURATIVO DE LA PALABRA
Existe una capacidad demostrada en la que la palabra puede afectar la programación del ADN. La salud podría conservarse indefinidamente si nos orientamos en pensamientos, sentimientos, emociones y palabras creativas y, por sobre todo, bien intencionadas.
Los estudios del Instituto Heart Math nos abren un nuevo panorama hacia la curación, no solo de los humanos enfermos, sino también para la sanación planetaria. El instituto cree en la existencia de lo que ellos dieron en llamar “híper-comunicació n”, una especie de red de Internet bajo la cual todos los organismos vivos estarían conectados y comunicados permitiendo la existencia de la llamada “conciencia colectiva”.
El Hearth Math declara que si todos los seres humanos fuéramos conscientes de la existencia de esta matriz de comunicación entre los seres vivos, y trabajáramos en la unificación de pensamientos con objetivos mancomunados, seríamos capaces de logros impensados, como la reversión repentina de procesos climáticos adversos.
El poder de los rezos, oraciones y peticiones, tal como nos lo han legado los antiguos esenios -potenciado por millares de personas-, nos otorgaría un poder que superaría al de cualquier potencia militar que quisiera imponernos su voluntad por la fuerza.
Este poder ha sido demostrado en especies animales como los delfines, que trabajan unificados en objetivos comunes. Los delfines utilizan patrones geométricos de híper-comunicació n, ultrasonido y resonancias que les sirven para interactuar con las grillas energéticas del planeta. Estos animales poseen la capacidad de producir estructuras sónicas geométricas y armónicas bajo el agua. Podríamos afirmar que los delfines ayudan más a mantener el equilibrio planetario de lo que lo hacen los humanos.
Si Dios nos otorgó el poder, significa que quiere que nosotros, una vez alcanzado un nivel de conciencia determinado,
Ayudemos con respeto a la vida a ser co-creadores de su obra.
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