04 julio 2018

Protégete del sol de forma efectiva (y sin tóxicos)

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Usar crema de sol para protegernos es fundamental, pero no todo vale. Te explicamos los criterios para elegir crema, cómo utilizarla y qué hacer si te quemas.

Claudina Navarro
¿Cómo protegernos mejor del sol? Alrededor de esta cuestión clave surgen muchas otras, tantas que puedes caer en la tentación de dejarlo todo y ponerte la primera crema que encuentres al lado de las cajas del supermercado. No lo hagas, las preguntas siempre tienen una respuesta.

Cómo elegir una buena crema solar

Un producto para protegerse del sol de calidad y que no implique riesgos para la salud debe recurrir necesariamente a los filtros físicos en lugar de a los químicos.
La razón es que los filtros químicos –como el methoxycinnamate, octinoxate o el octocrylene, entre otros– son alergénicos y disruptores endocrinos.

Los filtros recomendables son los físicos o minerales como el dióxido de titanio o el óxido de zinc, que crean una pantalla sobre la piel, siempre que su presentación no sea en forma de nanopartículas (estas pueden filtrarse dentro del organismo con efectos desconocidos).
Los filtros físicos sin nanopartículas son los únicos permitidos en las cremas con certificación natural o ecológica reconocida (como Cosmos, BDIH, Vida Sana, AIAB o Ecocert).

Sin derivados del petróleo

Estas cremas, además, carecen de otros ingredientes problemáticos, como los perfumes y otros compuestos derivados del petróleo.
Otra ventaja importante es que los filtros físicos ofrecen protección no solo frente a las radiaciones UVA, sino también frente a las UVB.
Por supuesto, existen diferencias de calidad entre las marcas certificadas: unas se extienden y absorben mejor que otras.

No te despistes con el factor de protección

El factor de protección no es el único dato decisivo y mucha gente no lo entiende bien. Se cree, por ejemplo, que un factor 30 o 50 permite estar seguro con una sola aplicación y en cualquier circunstancia.
No es así. El efecto depende del tipo de piel, la intensidad del sol, el tiempo de exposición y la cantidad de crema extendida sobre la piel. Hay que tener en cuenta todo esto, no solo el factor de la crema.
El número del factor tiene una lógica: una cantidad determinada de crema con factor 50 te va a proteger el doble de tiempo que la misma cantidad con factor 25. Pero no te va a proteger si te pasas con el tiempo.
Un filtro de 20 o 25 es suficiente para pasar un tiempo razonable expuesto al sol. Y siempre se puede aplicar una nueva dosis para alargar el tiempo.
El tiempo concreto no se puede determinar, pues depende del tipo de piel, la hora del día o la zona geográfica.

Cómo ponerse la crema

Las claves son elegir una buena crema, utilizarla bien y ser sensato en nuestra relación con el sol. Estos son algunos consejos:
No es necesario ponerse una crema con filtro físico media hora antes de ponerte al sol, como ocurre con las químicas. Puedes hacerlo en la playa y comenzarán a protegerte desde el primer minuto.

¿Cuánta crema?

La cantidad depende lógicamente de las dimensiones del cuerpo, pero la media es de unos 25 ml de crema solar (un par de cucharadas soperas aproximadamente) para todo el cuerpo.
De este dato puedes sacar algunas consecuencias: un bote de 150 ml te va a servir para 6 aplicaciones.
Para todo el cuerpo es para todo el cuerpo: no te olvides de la nariz, las orejas, el dorso de los pies y de las manos.
Y recuerda que al meterte en el agua vas a perder buena parte de la protección, así que tendrás que volver a ponerte crema.
Como norma general, si no te bañas, hay que aplicarse de nuevo la crema a las dos horas.

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6 jugosas frutas para hidratarte en verano

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Llega el calor y tu cuerpo te pide más líquido. Una forma ideal de incorporarlo es a través de las frutas de verano, deliciosas y nutritivas.

Claudina Navarro
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El sol ha hecho su trabajo y ha conseguido que las frutas lleguen a su punto de maduración repletas de una pulpa jugosa, dulce y con el máximo de vitaminas, minerales y sustancias con efectos antioxidantes.
Las frutas son ideales para recuperar los líquidos que inevitablemente pierdes en la transpiración. Además te refrescan y te aportan una dosis de energía.
Recuerda que el mejor postre siempre es una fruta y tampoco hay mejor tentempié. Por otra parte, cada fruta tiene en unas propiedades particulares en función de su composición.

Frutas jugosas de julio muy beneficiosas

Al saborear uno de estos tesoros del verano, haz una pausa y practica la alimentación consciente: fíjate en cada una de las sensaciones (sabor, aroma, frescor, textura…) que te proporciona esa fruta, piensa en como debió crecer en su planta hasta alcanzar su máximo desarrollo, bajo la luz del sol y los reflejos de la luna, y en cómo finalmente se incorpora a tu cuerpo produciendo distintos beneficios.
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1. Frambuesas: ayudan a mantener el peso bajo control

Esta baya perfumada contiene una sustancia denominada reosmina que aumenta el metabolismo y reduce la absorción de las grasas, lo que puede interesar a quienes desean bajar de peso. Además, la textura firme revela una abundancia de fibra que, al combinarse con el agua, produce sensación de saciedad.
Elígelas bien maduras: están más ricas y contienen hasta el doble de reosminas y otros polifenoles antioxidantes que las cosechadas antes de tiempo.

2. Albaricoques: piel protegida y reluciente

Son una de las alegrías que nos da el verano: frescos, deliciosos y cargados de las vitaminas que necesitamos en este momentos del año.
El color anaranjado es debido al betacaroteno que nuestro cuerpo transforma en vitamina A, esencial para que la piel se proteja de los rayos solares por sus propios medios.
A diferencia de los desecados, los frescos son ricos en vitamina C antioxidante.
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3. Cerezas: refrescan, depuran y ayudan a dormir bien

Las cerezas son reconocidas por sus propiedades depurativas y analgésicas(muy recomendables en caso de artrosis), pero también son ricas en ácido elágico, un antioxidante que previene especialmente los cánceres de piel, vejiga, mama, pulmón y esófago.
Las variedades más ácidas contienen melatonina, que favorece el sueño y la regeneración del cuerpo durante la noche. Tomadas en zumo poseen un efecto mayor.
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4. Ciruelas: vitamina C en el envase más atractivo

Sirven para mucho más que para poner los intestinos en marcha. De diferentes tamaños, formas y colores, todas carnosas y crujientes, nos tientan para que les hinquemos el diente y aprovechemos toda su vitamina C (tres cubren casi el 30% de las necesidades diarias).
Elige las mejores: en el centro están firmes; arriba y abajo ceden un poco, y conservan la pruína, la capa blanquecina que demuestra que no han sufrido demasiado trajín.
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5. Melón Galia: menos tamaño, más sabor y nutrientes

Hay melones y melones, y los Galia no decepcionan nunca. Bajo su característica piel con un diseño en relieve se halla una pulpa verdosa, dulce y aromática, muy rica en vitaminas: tres tajadas, unos 200 g, ofrecen el 83% de las necesidades diarias de vitamina C, el 30% de las de ácido fólico y el 25% de las de vitamina A (betacaroteno).
Por su efecto diurético, se recomienda para bajar la tensión.
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6. Nectarina: un regalo de la naturaleza, bueno para tu flora

Parece creada a propósito para satisfacer a la vez el paladar y las necesidades nutritivas. Dulce pero no demasiado, jugosa pero firme, rica en aromas y en vitaminas, esta variedad de melocotón (no es un cruce) destaca por la cantidad de pectina (fibra soluble) que alimenta la microbiota intestinal beneficiosa.
Las nectarinas blancas son más difíciles de encontrar –porque son menos resistentes– pero son más jugosas, suculentas y de sabor más intenso.

13 detalles que mejorarán rápidamente tu estado de ánimo

Julia Roberts...

Muchas cosas son capaces de subirnos el ánimo, de hecho estamos siempre a una decisión de hacerlo, pero a veces permitimos que una nubecita negra tenga más atención, que el resto del cielo mostrándonos su resplandor.
Acá te dejamos 15 pequeños detalles, capaces de cargarnos de energía positiva, pero recalcamos que no importa lo que nos esté ocurriendo, qué tengamos a nuestro alrededor, el principal recurso para cambiar de ánimo es un pensamiento que contenga la intención de hacerlo.
  1. Conversar con amigos: Los amigos por lo general nos ayudan a ver el mundo en otros tonos, nos aportan ideas de cómo manejar una situación o simplemente nos ayudan a desconectarnos de aquello que no resulta positivo en el momento.
  2. Escuchar música: La música tiene la capacidad de relajarnos y subir nuestro estado de ánimo. Evidentemente tenemos que seleccionar las piezas de acuerdo a lo que queremos, porque también podemos conectarnos con el drama y la tristeza a través de una canción.
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  1. Abraza a alguien que aprecies: Los abrazos son bálsamos para el alma, en ellos nos reconfortamos y activamos una liberación de hormonas que nos da la sensación de tranquilidad y bienestar.
  2. Comparte con niños: Ellos suelen sacarnos sonrisas y si nos lo permitimos, pueden hacer que nuestro niño interior aflore y se divierta un poco.
  3. Haz algo bueno por alguien: El ayudar a alguien así sea con una pequeña cosa, nos hará sentirnos bien instantáneamente.
  4. Toma agua: El agua calma, hidrata y brinda sensación de bienestar inmediata, además de aportar múltiples beneficios para la salud.
  5. Ordena tus ambientes: Quizás no sea tan divertido, pero una vez que comiences labores de orden, limpieza, cambio y renovación, te irás relajando y darás a tu espacio el sentido que deseas en tu interior.Resultado de imagen de incienso
  6. Desconéctate de la tecnología: Un espacio de tiempo libre de comunicación telefónica, sin redes sociales, sin mensajes, sin Internet, te permitirán concentrarte realmente en otras cosas y podrás vivir mejor el momento presente.
  7. Procura no quejarte por un período de tiempo: Mucho mejor si ese período coincide con el resto de tu vida, pero sabemos que no es tan fácil, sin embargo plantéate estar alerta a tus pensamientos y a lo que dices durante las próximas dos horas y evita las quejas.
  8. Identifica algo que te guste a tu alrededor: Este ejercicio es muy útil para reconocer que no importa dónde estemos, ni cómo nos sintamos, siempre hay cerca cosas que nos gustan y pueden pasar desapercibidas ante nuestros ojos.
  9. Mira un amanecer o un atardecer: Si tus ganas de mejorar tu ánimo, coinciden en tiempo para apreciar alguno de estos eventos, no lo dudes, te recargarás ante ese constante cierre de ciclos que cada día nos regala la naturaleza.

  10. Sal a caminar: Relájate con cada paso, no tomes la caminata para salir a pensar en lo que te preocupa, sino más bien lo contrario, desconéctate, de esa desconexión es que provienen las mejores soluciones, así que enfócate en lo que ves, en tus pasos, en tu respiración y disfruta el estar allí.
  11. Confía en que lo mejor está por venir: Cree, convéncete que la vida es amable, que lo que necesitas está allí para ti, solo esperando que abras tus brazos para recibirlo… ¿Qué mejor manera de subir el ánimo que saber que nuestra vida será mejor y mejor de ahora en adelante?
Disfruta el estar aquí, de este regalo, con subidas y bajadas, ésta es la vida y lo mejor que podemos hacer es valorarla e invertir nuestro tiempo lo mejor posible y mientras mejor sea nuestra actitud, mayor provecho sacaremos de esta experiencia.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

50 de las Mejores Cosas de la Vida Para las que no Necesitas Dinero


Muchas de las mejores cosas de la vida son gratis. Piensa en lo felices que nos dejan aquellas pequeñas cosas cotidianas, como dormir una rica siesta o pasar unas horas riendo con los amigos. Acá te dejamos 50 cosas que te harán sentir muy bien, gastando nada o poco dinero:

1. Meterte en la cama con las sábanas recién limpias.

2. Calentar tu cuerpo al lado de la chimenea.

3. Dormir una siesta y despertarte relajado y sin estrés.

4. Tener una aventura en un lugar que nunca habías visitado.

5. Dar un largo paseo y sentirte sano y pleno.

6. Re-leer tu libro favorito de la infancia.

7. Las caricias debajo de las sábanas una mañana fría.

8. Oler y saborear aromas y sabores exquisitos.

9. Ganar un concurso.

10. Sentir que tienes grandes amigos.

11. Tener una relación sana y amorosa con tus padres.

12. Escuchar tu canción favorita.

13. Comer una deliciosa comida sana y casera.

14. Conocer a alguien que te ama por quien eres realmente.

15. Mirar a los ojos de tus mascotas y ver fidelidad y amor.

16. El olor del césped recién cortado al comienzo de la mañana.

17. Ver un amanecer o un atardecer.

18. Alcanzar una meta o sueño en el que has estado trabajando.

19. Oír el sonido de la lluvia a través de la ventana.

20. Pasear por tu lugar favorito.

21. Recibir un elogio de alguien a quien respetas.

22. Tener a alguien con el que sabes que siempre puedes contar.

23. Tener a alguien realmente honesto contigo, que te dice la verdad de buena manera.

24. Reírte hasta el cansancio, y seguir riendo.

25. Tener a un amigo que cree en que vas a conseguir todo lo que te propongas.

26. Acordarte de momentos divertidos de tu adolescencia.

27. Sonreír a alguien desconocido.

28. Elegir hacer una buena acción por alguien cuando no tienes por qué hacerla.

29. Tener una día de descanso en el trabajo.

30. Ver fotos antiguas, y que te produzcan una alegre nostalgia.

31. La primera vez que esa persona te dice “te quiero”.

32. Cuando te enteras que le gustas a la persona que a ti también te gusta.

33. Oír las olas romper en la orilla.

34. Darte un baño de tina después de un largo día de invierno.

35. Recibir flores de alguien que quieres.

36. Voltear la almohada hacia el lado frío.

37. Mirar las estrellas con tus amigos.

38. Ver cómo comienzan a florecer las flores en primavera.

39. Encontrar algo que creías perdido.

40. Hacer reír a un niño.

41. Jugar con las hojas en otoño.

42. Quitarse los zapatos después de un largo día.

43. Volver a casa por Navidad.

44. Andar por la casa desnuda.

45. Hacer una receta difícil y que te salga riquísima.

46. La emoción de acudir a una ocasión especial.

47. Superar un reto difícil.

48. Dormir una noche entera sin despertarte ni una vez.

49. Sacar buenos resultados en un examen.

50. Respirar aire fresco!