Llega el calor y tu cuerpo te pide más líquido. Una forma ideal de incorporarlo es a través de las frutas de verano, deliciosas y nutritivas.
El sol ha hecho su trabajo y ha conseguido que las frutas lleguen a su punto de maduración repletas de una pulpa jugosa, dulce y con el máximo de vitaminas, minerales y sustancias con efectos antioxidantes.
Las frutas son ideales para recuperar los líquidos que inevitablemente pierdes en la transpiración. Además te refrescan y te aportan una dosis de energía.
Recuerda que el mejor postre siempre es una fruta y tampoco hay mejor tentempié. Por otra parte, cada fruta tiene en unas propiedades particulares en función de su composición.
Frutas jugosas de julio muy beneficiosas
Al saborear uno de estos tesoros del verano, haz una pausa y practica la alimentación consciente: fíjate en cada una de las sensaciones (sabor, aroma, frescor, textura…) que te proporciona esa fruta, piensa en como debió crecer en su planta hasta alcanzar su máximo desarrollo, bajo la luz del sol y los reflejos de la luna, y en cómo finalmente se incorpora a tu cuerpo produciendo distintos beneficios.
1. Frambuesas: ayudan a mantener el peso bajo control
Esta baya perfumada contiene una sustancia denominada reosmina que aumenta el metabolismo y reduce la absorción de las grasas, lo que puede interesar a quienes desean bajar de peso. Además, la textura firme revela una abundancia de fibra que, al combinarse con el agua, produce sensación de saciedad.
Elígelas bien maduras: están más ricas y contienen hasta el doble de reosminas y otros polifenoles antioxidantes que las cosechadas antes de tiempo.
2. Albaricoques: piel protegida y reluciente
Son una de las alegrías que nos da el verano: frescos, deliciosos y cargados de las vitaminas que necesitamos en este momentos del año.
El color anaranjado es debido al betacaroteno que nuestro cuerpo transforma en vitamina A, esencial para que la piel se proteja de los rayos solares por sus propios medios.
A diferencia de los desecados, los frescos son ricos en vitamina C antioxidante.
3. Cerezas: refrescan, depuran y ayudan a dormir bien
Las cerezas son reconocidas por sus propiedades depurativas y analgésicas(muy recomendables en caso de artrosis), pero también son ricas en ácido elágico, un antioxidante que previene especialmente los cánceres de piel, vejiga, mama, pulmón y esófago.
Las variedades más ácidas contienen melatonina, que favorece el sueño y la regeneración del cuerpo durante la noche. Tomadas en zumo poseen un efecto mayor.
4. Ciruelas: vitamina C en el envase más atractivo
Sirven para mucho más que para poner los intestinos en marcha. De diferentes tamaños, formas y colores, todas carnosas y crujientes, nos tientan para que les hinquemos el diente y aprovechemos toda su vitamina C (tres cubren casi el 30% de las necesidades diarias).
Elige las mejores: en el centro están firmes; arriba y abajo ceden un poco, y conservan la pruína, la capa blanquecina que demuestra que no han sufrido demasiado trajín.
5. Melón Galia: menos tamaño, más sabor y nutrientes
Hay melones y melones, y los Galia no decepcionan nunca. Bajo su característica piel con un diseño en relieve se halla una pulpa verdosa, dulce y aromática, muy rica en vitaminas: tres tajadas, unos 200 g, ofrecen el 83% de las necesidades diarias de vitamina C, el 30% de las de ácido fólico y el 25% de las de vitamina A (betacaroteno).
Por su efecto diurético, se recomienda para bajar la tensión.
6. Nectarina: un regalo de la naturaleza, bueno para tu flora
Parece creada a propósito para satisfacer a la vez el paladar y las necesidades nutritivas. Dulce pero no demasiado, jugosa pero firme, rica en aromas y en vitaminas, esta variedad de melocotón (no es un cruce) destaca por la cantidad de pectina (fibra soluble) que alimenta la microbiota intestinal beneficiosa.
Las nectarinas blancas son más difíciles de encontrar –porque son menos resistentes– pero son más jugosas, suculentas y de sabor más intenso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario