- Pon agua a hervir en un cazo (1 litro) y apaga el fuego momentos antes de que empiece a hervir.

- Sírvete de un filtro ancho para poner unas 6-8 cucharadas del té que hayas comprado. Cuando el agua esté en su punto, viértela sobre el té.

- Deja que infusione unos minutos (el tiempo exacto dependerá del tipo de té y lo encontrarás siempre indicado en el envase) para que el líquido se empape del sabor del té y retira el filtro para detener la infusión y que no amargue.

- Llena una jarra, espera a que el líquido se enfríe un poco y a continuación, ponlo en la nevera. Tápalo para evitar que el té se oxide.

- Si quieres un té helado, puedes dejarlo alrededor de una hora.

- A la hora de servir, puedes añadir trozos de fruta, el zumo de un limón o una naranja y todo lo que se te ocurra, para darle a la bebida un sabor delicioso.
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