La primavera encara su recta final, con el verano a la vuelta de la esquina, y eso se refleja en las temperaturas... y en nuestro organismo. Es el momento de aprovechar los alimentos propios de la estación, nutritivos pero ligeros y jugosos.
Cuando hace calor, nuestras necesidades cambian: tenemos más sed y menos apetito. Sin embargo, es necesario continuar nutriéndose y, para eso, una forma de orientarse es elegir los alimentos de la estación.
Las frutas se hacen más grandes y jugosas, por lo que nos aportan ese extra de agua que necesitaremos a medida que aumenten las temperaturas: un agua en su forma más asimilable y orgánica, complementada con vitaminas, minerales y azúcares que llenan de energía y bienestar. Lo mismo sucede con las hortalizas: las más veraniegas empiezan ahora a llegar a los mercados.
Por otro lado, sudamos más, con lo que no solo perdemos agua sino también minerales y oligoelementos. De ahí que cobren especial importancia ensaladas, zumos y batidos o sopas frías, en los que podrás incorporar abundantes vegetales crudos o ligeramente cocidos, con toda su riqueza nutritiva.
Ahora bien, no es cuestión de empezar a comer todo frío de un día para otro. De hecho, la medicina tradicional china aconseja huir de los extremos en la temperatura de comidas y bebidas. Se trata de encontrar un equilibrio entre la temperatura ambiental y la interna, aumentando la proporción de alimentos crudos y optando por las cocciones ligeras.
El órgano que rige según la medicina tradicional china sigue siendo el hígado durante la primera parte del mes, pero entramos en una nueva fase y poco a poco el corazón irá requiriendo más nuestra atención. Al corazón le gustan los sabores amargos de acuerdo con la medicina china, mientras que el exceso de alimentos salados le resta energía.
¿Qué alimentos están de temporada en junio?
En este mes no hay excusa para no llenar la cesta de la compra de frutas de todos los colores. Se consolidan las frutas de hueso, como el albaricoque, la ciruela, la cereza o el melocotón, que si en las semanas anteriores llegaban titubeantes ahora ya no hay a quien se le resistan.
Los melocotones que están mejor a final de primavera son los de melocotones de agua junto a las nectarinas. Encontrarás también ya los primeros paraguayos, especialmente aromáticos. Como los albaricoques, te ofrecerán el betacaroteno que tu piel necesita para empezar a prepararse para el verano.
Podrás elegir entre cada vez más variedades de ciruelas y lo mismo te sucederá con los melones, que a medida que se acerque el verano irán ganando dulzor. Las cerezas están a su vez en su mejor momento y es en junio cuando coinciden más variedades en su maduración.
Sigue habiendo tiempo para disfrutar de las fresas y también de los nísperos, aunque poco y habrá que irse despidiendo de ellos. Según el clima, puede que queden algunas naranjas, pero serán las últimas: después serán todas de cámara.
Por si te parecen pocas las notas de color que te ofrece la fruta en esta temporada, irrumpen también las primeras bayas del verano: primero las frambuesas y después, poco a poco, los arándanos y las grosellas... Te aportarán buenas dosis de antioxidantes que te ayudarán a cuidar de tu sistema cardiovascular y de tu piel.
Tímidamente llegarán las nuevas peras del año, inaugurando la temporada de verano. Junto a ellas, las brevas, esos higos que en otoño quedaron adormilados en el árbol y que ahora, con el calor, maduran y nos alegran el principio del verano.
La huerta no es menos generosa en verduras y hortalizas en esta época. Aún se pueden encontrar espárragos, acederas, berros, ajos tiernos, rábanos, zanahorias, remolacha, judías verdes, patatas nuevas, cebollas tiernas... pero además se suman ya en plena forma calabacines, pimientos y lechugas de verano.
Poco a poco llegarán tomates y los puerros de verano. Y estarán a punto las hojas de verdolaga, para añadir a tus ensaladas.
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