No busques fuera de ti la grandeza. Cualquier elogio, admiración, adoración, o aplauso en el mundo jamás podrá satisfacer los profundos anhelos de tu corazón. Todo eso sería temporal, de cualquier forma, condicional, contingente, y te agotarías en el intento de mantenerlo, enterrando aún más tu secreta sensación de que algo hace falta.
Tu grandeza nunca proviene de fuera, amigo; ella sólo se encuentra dentro. En el hecho de ser ordinario encuentras un gran poder. Tú eres extraordinario hasta la médula, especialmente porque no tienes nada de especial, porque eres indivisible de la vida misma. Eres la fuerza que mueve los océanos y mantiene a los planetas en sus órbitas. No te compares, ni tampoco intentes ser como alguien más. No lo lograrías.
Porque eres una flor única, extraordinaria, incluso en el medio de tus dudas, de tus tristezas, de tu dolor, de tu anhelo por llegar a casa. Tú eres absolutamente incomparable, una impecable expresión de Eso que nunca puede ser expresado. Nunca podrías ser como las otras flores, y justo allí radica tu grandeza, tu preciosidad.
No cambies; eres amado por el universo tal y como eres.
- Jeff Foster-
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