21 mayo 2019

Reflexión






No me digas lo que hago mal, dime cómo puedo mejorarlo. Quizás tú estés viendo esa forma diferente de hacerlo y quizás yo todavía no. Enséñame a ver lo que tú ves pero no te enfades conmigo si todavía no lo veo… quizás tenga miedo a ver por haber visto cosas que me asustaron en su momento.
No te calles cuando algo te molesta porque tu silencio no me ayuda, sólo me confunde más y hace que imagine, que suponga, que interprete cosas que seguramente no sean como son en realidad.
Ayúdame a ayudarte cuando necesites protección en lugar de esconderte detrás de tu coraza que me aleja de ti y no logro ver lo que escondes porque tienes miedo a que te hiera.
Mírame a los ojos, me gusta descubrir quien eres, reconocerte y aunque no seamos del mismo linaje quiero que me respetes lo mismo que yo hago contigo. Quizás yo no te guste como quizás no me gustes tú a mi y eso no tiene que llevarnos a rechazarnos ni a generar esas energías negativas que tanto gustan a “otros” y de las cuales se alimentan y se nutren. Sólo te pido respeto ni si quiera que me comprendas porque quizás no puedas hacerlo o yo no tenga las palabras adecuadas para explicarlo.
Ayúdame a entender la realidad que tú estás creando porque tú eliges que quieres crear y yo no soy nadie para querer cambiar ese mundo en el que vives. Sin embargo si quieres cambiarla y no sabes cómo, no te desesperes, no te frustres, no generes más tensión y más de lo mismo…. Sólo pide ayuda y deja tu orgullo a un lado porque no sirve de nada. Hay personas que vienen a ayudar, que quieren ayudar, que disfrutan ayudando quizás también para alimentar su ego y sentirse bien por ello pero su intención es ayudar aunque no lo consigan y también se frustren por ello.
Permite que la energía fluya pero no sólo hacía ti sino también hacia mí porque nos convertimos en lo mismo.
Toma consciencia de qué sientes en lugar de en qué piensas, ya sabes que tus pensamientos a veces te confunden y hacen que te alejes de tu propósito en esta vida.
Puedes creer en lo que quieras, yo no te juzgo. Puedes creer en ángeles, demonios, entidades y extraterrestres o no creer en nada pero no dañes ni te burles del poder a lo que yo le estoy dando en estos momentos. Quizás en otros momentos me de cuenta y los cambie pero ahora déjame experimentar lo que estoy creyendo.
Fíjate en las especies de animales tan dispares y todos se respetan, sólo siguen la cadena del ciclo de la vida. Hagamos lo mismo, aunque tú y yo seamos distintos.
Se que todo está dicho, que todo está escrito sin embargo me falta tanto por entender y aprender… que casi no me queda tiempo.

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