Diana Llorens

                                                                      Periodista

Sabemos que los picos de glucosa elevados y repentinos no son buenos para la salud y que, por tanto, conviene evitarlos. Pero ¿conoces las razones que hay detrás de esta afirmación?  Después de comer, en especial alimentos ricos en hidratos de carbono, nuestro cuerpo experimenta una subida de los niveles de azúcar en la sangre. Es algo normal, puesto que nuestro organismo descompone los hidratos de carbono en azúcar que entra en el torrente sanguíneo. El páncreas se encarga de liberar insulina para regular los niveles de azúcar.  

Las personas que padecen diabetes, como no producen suficiente insulina o son resistentes a ella, pueden tener subidas de azúcar más pronunciadas, y si son repetidas pueden provocarles daño en los nervios, pérdida de la visión, problemas en los riñones o un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

Sin embargo, no solo los diabéticos deben evitar los picos de azúcar, todos deberíamos hacerlo, pues se sabe que pueden provocar cambios de humor, cansancio y un aumento del hambre, y a la larga un mayor riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. 

El ingrediente japonés que tienes en casa

Sabemos que el pueblo japonés es uno de los más longevos. Prueba de ello es Okinawa, una de las zonas azules del planeta donde habita una excepcional cantidad de centenarios.  Partiendo de este dato, y si tiramos del hilo, es posible comprobar que si han llegado a los 100 años es porque en su mayoría han podido esquivar enfermedades crónicas graves, tales como la diabetes. 

Por tanto, la cuestión que surge a continuación es averiguar qué papel juega la dieta en la vida de los japoneses y más concretamente en los niveles de azúcar en sangre. La respuesta a esta pregunta parece que está en uno de sus hábitos alimenticios, el cual podría ayudar a evitar los picos de azúcar y que, por tanto, contribuye a su buen estado de salud y excepcional longevidad. Nos referimos a la  costumbre de añadir una cucharadita de vinagre de arroz a muchas de sus recetas.

Basta con una cucharadita

Se cree que el vinagre de arroz tiene más de 6000 años de antigüedad y se elabora a partir de la fermentación del arroz o de productos derivados de este, como el sake. Al fermentar, los azúcares del arroz se convierten en alcohol que posteriormente de transforma en ácido acético a través de la acción de las bacterias.

Es precisamente su alto contenido en ácido acético (presente en todos los vinagres) el responsable de su eficacia para evitar los picos de azúcar, pues bloquea el paso de la glucosa (azúcar) del intestino a la sangre, de modo que esta pasa más lentamente.

Las investigaciones indican que el vinagre puede reducir entre un 20 % y un 30 % la absorción de azúcares 45 minutos después de una comida, que es cuando se produce el pico más alto. Es por ello que añadir vinagre a las comidas, como suelen hacer los japoneses, o incluso tomarlo un poco antes de comer reduce los picos de glucosa.

Esto es válido para cualquier tipo de vinagre, pero el de arroz tiene un sabor más suave y dulce que el vinagre al que estamos acostumbrados en España, lo que puede ser una ventaja para aquellas personas que lo encuentran demasiado ácido o fuerte.

Beneficios extra

Además de evitar los picos de azúcar, el ácido acético, presente en todos los vinagres, tiene otros beneficios para la salud:

¿Cómo usarlo en la cocina?

El vinagre de arroz encaja muy bien en muchas recetas gracias a su sabor más suave y dulce que otros vinagres.  Además, al ser bajo en calorías y libre de grasa, es un estupendo sustituto a las salsas o condimentos en dietas para el control de peso.

Te dejamos algunas ideas muy fáciles de poner en práctica que te ayudarán a incorporar el vinagre de arroz en tu dieta:

  • Para preparar sushi. Los japoneses utilizan una mezcla de vinagre de arroz con azúcar y sal para condimentar el arroz cocido.
  • Para aderezar ensaladas o verduras. En lugar del vinagre tradicional o salsas calóricas, el vinagre de arroz les da un toque oriental. Queda especialmente bien con las ensaladas de arroz o quinoa.
  • Para encurtir verduras. Pepino, zanahoria, rábano, cebolla… solo tienes que cortarlos en rodajas o trozos pequeños y sumergirlas durante un rato en vinagre de arroz mezclado con agua y una pizca de sal. 
  • Para marinar carnes. Cuando marinas la carne con vinagre, no solo le das un toque de sabor, también ayudas a romper las proteínas y hacerlas más fáciles de digerir.