14 octubre 2019

Las mujeres que reconocen su poder.




No le regalan su poder a nadie, ni se compran ni se venden. Tampoco escuchan las voces exteriores que las debilitan.
Las mujeres que reconocen su poder
comparten su vida con hombres que veneran su sensualidad y que aceptan sus heridas… y que no las castigan por ello.
Las mujeres que reconocen su poder
aprendieron a sanar cada una de sus células.
Son mujeres que no culpan ni condenan a nadie. Son mujeres que han aprendido a susurrar al oido bellos poemas y a gritar sus verdades al viento.
Las mujeres que reconocen su poder
comprendieron que el único camino posible
es el camino del autoconocimiento. Son mujeres que se nutren desde dentro,
que alimentan a sus almas y a sus corazones
con las canciones de sus ancestr@s,
y que no temen a sus demonios internos.
Son mujeres que aceptan su vulnerabilidad.
Son mujeres que bailan desnudas a la luz de la luna.
Son mujeres que saben que su valía no depende de la opinión de ningún hombre ni de ninguna mujer.
Son mujeres fuertes que no temen a la soledad.
Son mujeres que miran a los ojos con ternura.
Son mujeres cuyas manos sanan, cuidan y miman al otro.
Son valientes y permiten que el dolor las atraviese.
Son libres y saben que todo tiene un precio,
y que vale la pena, que todo vale la pena…
Las mujeres que reconocen su poder no intimidan. Incluyen, apoyan, alientan y nutren al que tienen enfrente. No por egoísmo, ni por miedo a la soledad, sino porque se saben magas, creadoras, sustentadoras de vida…
y cumplen con su cometido.
Cuando te encuentres con una mujer así la reconocerás al instante… y te reconocerás en ella… sentirás su esencia y verás que tú eres como ella, que tú eres ella.
Autora del texto: desconocida.

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