Nuestros hábitos influyen grandemente en nuestra salud y por lo tanto, cuidar la alimentación resulta clave si deseamos darle "vida" al resto de nuestros años. Te mostramos para ello, los siete alimentos más importantes para mejorar tu calidad.
Aunque la calidad de vida de cada persona puede estar determinada por una enfermedad y dicha condición podría necesitar una dieta especial para vivir mejor, a continuación te mostramos qué alimentos pueden mejorar tu salud (y por lo tanto la calidad de vida) alejándote de las enfermedades, si hasta el momento no padeces ninguna.
Frutas fresas: todas son recomendables
Las frutas, sobre todo si las consumimos fresas y de temporada, son un numeroso grupo de alimentos de baja densidad calórica (con pocas calorías por gramo) que concentran muchos nutrientes que el cuerpo necesita.
Pero sobre todo, se ha observado que la calidad de vida depende de micronutrientes, fitoquímicos y otros compuestos de lo que comemos que tiene efecto antioxidante y así, contrarresta el efecto negativo del estrés en nuestro cuerpo, alejándonos de enfermedades.
Las frutas, junto a las verduras, brindan muchos beneficios que pueden mejorar considerablemente nuestra calidad de vida.
Podemos consumirlas como tal a bocados modo de snack saludable o postre, o bien, elaborar con ellas desde ensaladas y galletas hasta una gran variedad de platos más.
Verduras y hortalizas: de todo tipo y color
Al igual que las frutas, son un grupo muy amplio en el que encontramos subgrupos como los tubérculos, las coles u otras. Todas son de alta concentración nutricional y pueden ofrecer antioxidantes así como compuestos con efecto antiinflamatorio como son los flavonoides u otros polifenoles.
Por todo ello, la inclusión en nuestra dieta habitual de verduras y hortalizas varias contribuye a mejorar la calidad de vida y necesitamos optar por diversidad de ejemplares para obtener mayor beneficio.
Recomendamos incluir de frutas y verduras un mínimo de cinco raciones diarias e idealmente diez porciones cada día que reduce el riesgo de enfermar y morir por cualquier causa.
Para ello podemos acudir a preparaciones como guisados, ensaladas, batidos, tostas, galletas u otras.
Legumbres: para obtener fibra sobre todo
Las legumbres son una buena fuente de hidratos de carbono y proteínas vegetales, su gran contenido en fibra puede beneficiar la flora intestinal y así, mejorar las defensas y el metabolismo alejándonos de diferentes enfermedades.
Por otro lado, también fuente de polifenoles con efecto antiinflamatorio y antioxidante que benefician la salud y constituyen un alimento de fácil acceso.
Podemos consumir las legumbres secas tras su remojo y cocción, o bien, de bote o en conserva que resultan más prácticas. Con ellas podemos elaborar desde una un clásico potaje o una ensalada hasta hamburguesas, albóndigas y muchas otras recetas más.
Granos enteros: con o sin gluten
Los cereales o granos no son todos malos como pensamos, sino que la cuestión es escoger aquellos de mejor calidad, pues del tipo de hidratos que obtengamos depende en gran medida su efecto en el organismo.
Tal es así que hay estudios que señalan que los hidratos de bajo índice glucémico pueden reducir la inflamación en el cuerpo y así, alejarnos de enfermedades y mejorar la calidad de vida.
Por lo tanto, aconsejamos granos enteros, con o sin gluten, siendo estos últimos imprescindibles para cuidar la salud en quienes tienen celiaquía o sensibilidad al gluten no celíaca, pero no para quienes no padecen la enfermedad.
Podemos emplear una pasta integral, un arroz integral, cuscús integral, avena u otros granos enteros para sumar a nuestra dieta.
Aceite de oliva extra virgen como principal cuerpo graso de la dieta
Una alta adherencia a la dieta mediterránea ha demostrado mejorar la calidad de vida en diferentes grupos poblacionales. En este tipo de alimentación un producto que destaca es el aceite de oliva extra virgen.
Este aceite vegetal es fuente ácidos grasos monoinsaturados sobre todo, rico en polifenoles con efecto antiinflamatorio y antioxidante y por ello, puede ser un gran aliado de nuestra salud y calidad de vida.
Recomendamos por eso, usar aceite de oliva extra virgen como principal cuerpo graso de la dieta, usándolo para condimentar o aliñar así como para elaborar salteados u otros platos que involucren cocción.
Nueces y semillas: con grasas buenas, fibra y muchos antioxidantes
Tanto las nueces como las semillas, son fuente de grasas insaturadas de buena calidad para el organismo, aportando además fibra, proteínas vegetales y variedad de compuestos con efecto antioxidante en el organismo.
Además, son componentes de la tradicional dieta mediterránea, sacian con facilidad y tienen prebióticos que pueden mejorar la flora intestinal, siendo por ello grandes aliados de la calidad de vida.
Podemos sumar nueces y otros frutos secos así como semillas mediante galletas, ensaladas, cremas para untar, barritas, panecillos y otras recetas más.
Pescado como principal fuente de proteínas animales
En la dieta mediterránea tradicional, el pescado resultaba el alimento de origen animal con mayor protagonismo. Y en la dieta japonesa que también es una de las más sanas a nivel mundial, también este alimento es protagonista.
Aporta buenas proteínas pero por sobre todo es de ayuda para mejorar la calidad de vida por las grasas saludables que ofrece y ser fuente de calcio, vitamina D, hierro y otros micronutrientes de calidad para el organismo.
Con pescado podemos elaborar desde un simple plato al horno o a la plancha hasta hamburguesas, albóndigas u otras preparaciones.
Estos son los siete alimentos más importantes para mejorar la calidad de vida, que recomendamos incluir en la dieta habitual
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