La soledad sin duda puede ser una excelente amiga, en especial cuando la hemos elegido. Sin embargo, cuando las condiciones son tan estrictas como las que sugiere un período de cuarentena, esto puede llegar a ser abrumador
Que una persona esté en cuarentena o en período de aislamiento social en soledad puede deberse a múltiples factores, el que resultará más conveniente es el que esa persona vivía sola para el momento de la contingencia. Pero aun así el vivir solos por decisión no se compara con el hecho de tener que permanecer en un lugar, sin establecer ningún tipo de cercanía con otras personas.
Un proceso de aislamiento social, resulta altamente demandante, en especial, ante la incertidumbre se no saber hasta qué momento estaremos solos. Evidentemente es normal es sentir por poco incomodidad por la situación.
Sin embargo, podemos sacar de este período el mayor provecho posible, dependiendo de cómo hagamos uso de nuestro tiempo y lo mejor de todo es que hay una gran flexibilidad en las opciones que tenemos disponibles.
Lo único que vamos a evitar son las dinámicas malsanas que nos conecten con el miedo, con la tristeza, con la ansiedad. Emociones válidas, pero inconvenientes.
Así que nos enfocaremos en todo aquello que nos haga sentir bien, aunque esto represente mantener a nuestra mente muy bien vigilada. Nuestra meta será hacer de este período de soledad un espacio para sacar de nosotros lo mejor, descubrir talentos, establecer metas, definir a dónde queremos llegar, ponernos en forma, culturizarnos y mantenernos cerca de quienes amamos a pesar de la distancia.
Te recomiendo elaborar una lista de las cosas que nos gustaría hacer, incluyendo todas las que podamos, que hayamos colocado como obstáculo el tiempo. En esta lista pueden incluirse cosas que podamos hacer en este instante o aquellas que lleven algo más de tiempo, porque ya el simple hecho de iniciarlas, les abrirá un camino en nuestras vidas.
Por ejemplo podemos colocar en nuestra lista:
- Rebajar algunos kg.
- Iniciar una rutina de ejercicios.
- Aprender a meditar.
- Iniciar o continuar un curso de idiomas, de dibujo, de redacción o cualquiera de los miles que hay en la red, gratuitos y pagos.
- Preparar un platillo.
- Escribir un libro o iniciar un diario.
- Ordenar las fotografías que tenemos en el ordenador.
- Arreglar nuestros espacios.
- Leer un libro.
- Ver una temporada de alguna serie.
- Dibujar.
- Limpiar a fondo.
- Diseñar el plan de negocios de algún proyecto.
- Visualizar quién quieres ser cuando todo esto termine.
- Hacer alguna dieta de perdón.
- Iniciarte en el yoga.
- Terminar un video juego.
En realidad esta lista es interminable, he querido colocar algunos ejemplos por si hay algo que puedas tomar que no hayas pensado o no recordabas hasta ahora. Todo es válido, todo lo que sume y te aporte. Así sea tomarte todo un día para solo comer y dormir, teniendo claro que al día siguiente debes poner tu cuerpo en movimiento.
No importa qué tan pequeño sea el sitio, debes encontrar la manera de que sea suficiente para ti, de poder ver la luz del sol e identificar cosas que te conecten con tu bienestar. Nada ganas preocupándote. Esto pasará, no importa si tenemos claro cómo, el punto es que pasará y mientras tanto solo podemos aprovechar el tiempo para sentirnos lo mejor posible, alejando a la mente que suele complicar y dramatizarlo todo.
Es fuerte, lo sabemos, pero este tiempo para quienes están en soledad atravesando una cuarentena, puede representar el regalo más grande para conectarse con sí mismo y aprender a valorar cada experiencia de su vida desde otra óptica. Nuestra capacidad de crecer, de despertar, normalmente se incrementa durante la adversidad, así que aprovechemos la contingencia y encontremos lo mejor de nosotros en medio de todo esto.
Ya vendrán esos abrazos, esos besos, esas caricias, esas conversaciones frente a frente u hombro a hombro… Ya vendrán las fiestas, las celebraciones, el alboroto en las calles… Ya vendrá mucho de lo que conocemos y extrañamos. Pero si sabemos aprovechar esta experiencia, todo ello vendrá acompañado de una consciencia, una apreciación y un valor y respeto por la vida en general, que hará que todo sea mucho mejor que antes.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet
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