Ya inmersos en el horario de verano, con más minutos de sol cada día y con unas temperaturas que empiezan a ser un poco más templadas, hemos empezado el mes de abril. Este año, el primer mes de la nueva estación primaveral nos ha sorprendido recogidos en nuestras casas, con una parada general de la mayoría de las actividades que estábamos acostumbrados a realizar a diario.
Sin embargo, a diferencia de la mayoría de nosotros, la huerta no ha parado. Los agricultores y payeses, como profesionales esenciales y de primera línea, siguen trabajando para asegurarnos el abastecimiento regular de alimentos frescos y de temporada, que tanta falta nos hacen para hacer frente de manera saludable a esta época de confinamiento y de lucha contra el COVID-19.
¿Qué encontraremos en nuestros mercados? En abril, los campos, al igual que el resto de la naturaleza, salen de su particular proceso de hibernación y de contención y empiezan a premiarnos con los frutos de la ansiada primavera: una explosión de frutas más jugosas y de verduras más frescas toman el relevo de los productos de naturaleza más caliente que nos han acompañado durante el invierno y que nos han ayudado tanto a nutrir nuestro organismo y a hacerlo entrar en calor.
Ahora, además de algunas frutas y verduras que ya entraron en escena en el mes de marzo como las deliciosas alcachofas, los espárragos verdes, los tirabeques, los ajos tiernos o las limas, te presentamos algunos de nuestros productos frescos favoritos que nuestros campos van a producir durante el mes de abril y que conviene utilizar como base de nuestra alimentación vegetal y de proximidad.

No hay razón para sacrificar nuestra conciencia ecológica dando un paso hacia atrás y comprando las frutas y las verduras envasadas en plástico y en grandes superficies como método de prevención

Queremos aprovechar también para recordarte que, aunque nos encontremos en plena lucha contra la expansión del COVID-19, no hay razón para sacrificar nuestra conciencia ecológica dando un paso hacia atrás y comprando las frutas y las verduras envasadas en plástico y en grandes superficies como método de prevención. Recuerda que, lavándolas bien y quitándoles la piel, no hay riesgo de contagio. Así que, sigue comprándolas desnudas y sin embalajes y, si puede ser, directamente de un productor cercano descartando los alimentos que han recorrido miles de kilómetros y que entorpecen la soberanía alimentaria. ¡Tu salud y la del planeta te lo agradecerán!

Las fresas
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Las fresas

La fresa es una de las frutas que más pasiones despierta. Desde niños, muchos de nosotros tenemos predilección por el sabor de esta fruta de aspecto tan atractivo. Pero las virtudes de las fresas van mucho más allá de su aspecto o de su sabor, ya que se trata de una fruta con un gran efecto antioxidante y, como la mayoría de alimentos de color rosado, grandes protectores del sistema circulatorio.
Es muy importante que comas las fresas ecológicas ya que se trata de una de las frutas que conservan más restos de pesticidas si son cultivas de manera intensiva o convencional.

Los guisantes
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Los guisantes

Si en el mes de marzo te presentábamos a los tirabeques, en abril, también llegan estas deliciosas verduras en vaina: los guisantes. Una verdura leguminosa tan dulce que se convierte en una de las favoritas de los bebés cuando inician el destete, y que destaca por su aporte en proteínas vegetales.
Aunque puede ser un poco engorroso pelar las vainas, las vitaminas que nos aportan los guisantes frescos frente a los congelados son muy superiores así que tómatelo como un juego, aprovecha la temporada para comprarlos frescos y verás cómo el resultado merece la pena.

Las habas
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Las habas

Ya hemos dado por iniciada la corta temporada de las habas, una leguminosa primaveral con grandes propiedades nutricionales, que destaca por su aporte en antioxidantes, vitaminas del grupo B y minerales como el hierro, el magnesio o el zinc.
Mezcladas con cereales como la avena, el mijo, el arroz, el pan o la pasta, nos permiten obtener proteína completa con todos los aminoácidos esenciales.  
Para evitar su efecto flatulento, recuerda cocerlas siempre con hierbas y semillas carminativas como el hinojo, el comino, el anís o el laurel, y añadirle algas como la wakame o la kombu para hacer el plato más digestivo.

Las cebollas tiernas
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Las cebollas tiernas

La primavera es también la época natural de las cebollas tiernas que, a diferencia de las secas, tienen un bulbo alargado y cuentan con un sabor más suave, dulce y aromático, lo que las hace perfectas para comerlas en crudo.
De hecho, aunque puedes cocinarlas de la misma forma que harías con la cebolla seca, es muy recomendable que comas las cebollas tiernas crudas para mantener intactas sus propiedades antibióticas, antiinflamatorias, alcalinizantes y diuréticas, entre otras virtudes medicinales.

Los nísperos
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Los nísperos

Otra de las grandes alegrías que nos trae la primavera a nuestra mesa. Los nísperos son un fruto ácido y dulce a la vez que encontraremos en el mercado hasta principio de verano.
Su color naranja lo debe principalmente a la presencia de betacarotenos, una sustancia antioxidante presente también en la zanahoria, que nos ayuda a preparar la piel para el sol y el verano

La rúcula
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La rúcula

Estamos frente a una planta silvestre de la cuenca mediterránea, con un característico sabor amargo, que puede ser una gran alternativa a la lechuga en tus ensaladas y que puedes cultivar con mucha facilidad en casa, en tu pequeño huerto urbano o en un balcón.
Además de ser una gran fuente de clorofila y de antioxidantes, los brotes verdes de la rúcula también te aportan vitaminas K, C y A, y se recomienda su consumo en caso de anemia. ¡Añádela a tus ensaladas, a las pizzas caseras, a los bocadillos o tus sopas y cremas como topping saludable!