Es tiempo de estar en casa, de reconectar con nuestro hogar y reenamorarnos de nuestra morada. Ese lugar en el que habitualmente pasamos menos horas de las que nos gustaría y que, en estos momentos, se ha convertido en nuestro mayor refugio.
La nueva situación nos ha llevado, de pasar de puntillas por nuestra casa el tiempo justo para descansar y saciar otros requerimientos vitales, a convivir en nuestro espacio las 24 horas del día. Las circunstancias han cambiado y, con ellas, nuestras necesidades y las de nuestro hogar.
De ahí que la principal recomendación de los expertos sea, para no estancarnos, estar abiertos a los cambios en todos los ámbitos de nuestra vida. Esto, por supuesto, incluye también nuestra vivienda. Ana de Ramón, decoradora Feng Shui, nos recuerda que “la casa debe evolucionar para seguir siendo funcional”.
Asimismo, aconseja que, más que como un encierro, interioricemos el confinamiento como una oportunidad única para “hacer resurgir esa llama en el hogar” tanto en el terreno físico como en el espiritual. “El cuerpo es un receptor de energía por lo que, cuanto más confortable sea el espacio que nos rodea, mayor será nuestra sensación interna de tranquilidad, paz y felicidad”, añade.
Para ello, resulta fundamental convertir la casa en un entorno cómodo y placentero que nos aporte también equilibrio emocional. En este sentido, el orden, la limpieza y la ventilación son claves para aliviar el estrés y la sensación de agobio.
Pero, además de esto, ¿qué otras cosas podemos hacer para conseguir esa conexión con el hogar y hacer que la energía siga fluyendo? Teniendo en cuenta que ahora no es momento de adquirir nuevos objetos y que, por lo tanto, hemos de readaptar y reutilizar todo lo que tenemos para regenerar los espacios, Ana de Ramón nos da algunas pautas de Feng Shui para revitalizar las emociones positivas en nuestra vivienda.
Microespacios
Foto: Ana de Ramón
En primer lugar, De Ramón recomienda reservar para cada estancia o rincón un uso determinado y no hacerlo todo en el mismo espacio. Así pues, intenta, en la medida de lo posible, destinar una habitación –o una parte de ella– para hacer deporte, otra para el descanso, otra para trabajar y otra para el tiempo de ocio.
De este modo, engañarás a tu cerebro, haciéndole creer que estás cambiando de entorno en función de la actividad que quieras realizar en cada momento.
Fusiona el interior con el exterior
Dotar las habitaciones de un aspecto que te haga recordar el aire libre y el espacio exterior también te ayudará a suavizar la sensación de clausura. ¿Cómo hacerlo? Por ejemplo, trasladando las plantas del balcón al salón, o a otro lugar en el que pases gran parte de la jornada.
La vegetación oxigena pero hay que tener la precaución de retirar las macetas por la noche en el caso de que, por el día, decidas colocarlas en estancias destinadas al descanso nocturno.
Si no tienes plantas, una buena opción es simularlas con objetos y rayas verticales, lo que crea efecto de libertad. También puedes decorar con elementos y tejidos florales que evoquen la naturaleza.
Luz natural
Una habitación bien iluminada no solo proporciona armonía y bienestar, sino que también contribuye a purificar el ambiente. Por eso es fundamental aprovechar al máximo la luz natural, especialmente para aquellas tareas que requieren mayor concentración.
En el caso de no disponer de ventanas al exterior, es recomendable utilizar la luz artificial para iluminar los espacios y evitar la oscuridad. Los lugares sombríos atraen depresiones y emociones negativas que se instalan también en tu interior.
Despacho Feng Shui
Foto: Ana de Ramón
Ubica tu espacio de trabajo en un lugar en el que realmente te sientas cómodo. No importa si es en el salón, en el dormitorio o en el recibidor. Lo realmente importante es que te ayude a fijar tu atención. Para evitar distracciones en tu oficina improvisada, esconde y recoge los cables del ordenador y mantén la mesa despejada.
Determinar la mejor orientación para sentarte también influirá en tu bienestar. Para ello, es conveniente no colocar la silla de espaldas a la puerta, pues esto genera una tensión inconsciente que puede derivar en estrés, dolores de cabeza o pérdida de sueño.
Toma acción
Arreglar y corregir pequeñas averías en casa tales como grietas, desagües atascados o sustitución de bombillas contribuirá a que te sientas más a gusto. No solo por ganar comodidad, sino también por el hecho de reducir tu lista de tareas pendientes.
Esa en la que, a menudo, se incluye también la limpieza profunda de cajones y armarios en los que se acumulan enseres que ya no utilizas. ¡Ahora es un buen momento para desprenderte de ellos y darles una segunda vida!
Visitas online
Si eres de los que disfrutan de las reuniones con amigos y familiares en casa, no dejes de hacerlo. Aprovecha las nuevas tecnologías para seguir manteniendo esos encuentros con los tuyos –aunque sea desde lugares distintos– y no cierres las puertas de tu hogar.
Renueva las energías de tu espacio vital con risas, caras conocidas y conversaciones que te hagan sentir cerca de aquellas personas a las que tanto echas de menos.
Adora tu hogar
Observa, siente, valora e interioriza tu casa y la nueva función que desempeña en tu vida. Adapta las estancias a tus necesidades y busca siempre la máxima comodidad para el día a día, tanto para el trabajo como para el resto de actividades cotidianas.
Establece rutinas para las tareas domésticas y conecta con la energía que se genera en tu hogar, que vuelve a ser punto de encuentro y convivencia.
Despeja la sensación de aislamiento y haz de tu casa tu conexión con el exterior.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario