08 noviembre 2021

Una buena salud comienza por una mente tranquila


Una buena salud comienza por una mente tranquila

Nuestra salud física está totalmente vinculada a nuestro estado emocional y éste parte de una mente tranquila, alimentando y fomentando pensamientos que nos conecten con un estado de bienestar.

En estos momentos en donde nuestra mente puede estar bastante intranquila, nuestro cuerpo reaccionará a nuestros pensamientos por medio de emociones, que cuando se hacen presentes vienen acompañadas por una segregación de hormonas y un comportamiento particular de los sistemas de nuestro cuerpo.

Nuestro cuerpo es realmente sabio y normalmente sabe cómo reaccionar a lo que le amenaza. Si bien es cierto que lo ideal es mantenernos en un buen estado anímico, esto ha sido confundido por muchos a forzar algo que no se está sintiendo.

El pretender o fingir que las cosas están bien, realmente no engaña a nuestro sistema y nos puede debilitar incluso más que asumir lo que estamos sintiendo.

Reconocer y validar nuestras emociones

Debemos aprender a reconocer nuestras emociones, sabiendo que ninguna de ellas es inadecuada. Debemos aprender a darle calma a nuestra mente, partiendo del reconocimiento y la libertad de sentirnos de una determinada forma.

Lo que no debemos hacer es encariñarnos con emociones que no  nos hacen sentir bien. Es inconveniente tomarlas como residencia permanente, porque esto terminará por afectar nuestro sistema inmunológico y nuestro sistema nervioso.

Dar sosiego a una mente inquieta lleva un trabajo que debe estar regido por la constancia. Imaginemos que intentamos domar a un animal salvaje. La paciencia y el amor son la clave para que esa mente sea programada para procesar a través de nuestro sistema de creencias, toda la información que recibimos de nuestro mundo exterior.

Cultivando la tranquilidad

Para cultivar una mente tranquila y que no entre en resonancia con ninguna enfermedad o malestar, debemos comenzar a conocernos, aprender cómo pensamos y cómo procesamos cada estímulo, detectando las tendencias de nuestra mente.

La idea es que podamos sentir bienestar incluso cuando hay factores que podrían generarnos angustia, miedo, tristeza o rabia… No se trata de negarnos a alguna realidad. Sino aprender a ver el lado positivo de las cosas, sacar provecho de cada situación y acostumbrar a nuestra mente a enfocarse en lo que le produce placer y no al contrario.

Luego, no estaremos escondiendo emociones con falsas sonrisas, sino que la sonrisa será espontánea. A veces ni siquiera habrá sonrisa en el rostro, pero sí tranquilidad en la mente y esto es una vacuna muy efectiva para cualquier malestar.

Lo que más evitamos, lo atraemos o al menos hacemos que su presencia en nuestra mente nos afecta casi como si efectivamente tuviese lugar en nuestras vidas.

Dejemos de pensar en lo que no queremos vivir y acostumbremos a la mente a conectarse con lo que sí deseamos, desde la confianza y la fe de que la vida está trabajando a nuestro favor. Pero aplica de una manera que debemos entender, porque ese “a nuestro favor” incluye que podemos atraer a nuestras vidas lo que predomina en nuestras mentes…

De ser así, ¿qué te gustaría mantener en tu mente?

Pues en estos momentos en lo particular mi mente está enfocada en la salud, en el bienestar, en una buena alimentación, en unión, en emprendimientos, en buenas lecturas… Obviamente tengo muchos motivos para lanzarme al otro lado, al de la angustia, la incertidumbre, el miedo, la rabia…

Pero sé que mi mente puede ser mi amiga ahora, puede estar alineada con mi propósito y por ello mi trabajo es observarla y guiarla cuando siento que el rumbo se torna inconveniente… No importa cuántas veces tengas que traerla de vuelta, siempre podrás dirigirla hacia lo que te conecta con el bienestar, que ello está asociado a una buena salud.

Por: Sara Espejo 

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