Aunque muchos no contamos con la bendición de vivir permanentemente en estado de paz, cuando es lo que mayormente predomina en nuestro interior, lo reflejamos de muchas maneras. Aquí les mostramos algunas señales que suelen mostrar quienes se encuentran en armonía en su interior.
Señales de paz interior:
Rostro plácido e iluminado: La gente que está en paz lo refleja en su rostro, sus facciones normalmente son relajadas, muestran una sonrisa que ilumina y normalmente contagia a su entorno.
Buen humor: Ven el lado jocoso de la vida, hasta en momentos complicados pueden procurar ver su gracia y manifestarla. Entienden que la vida es para disfrutarla en lugar de lamentarla.
Capacidad de ver el lado positivo a las situaciones: Pueden rescatar de lo negativo, algo positivo, que sume, que dé valor e inclusive aporte sentido a cualquier situación por desagradable que pueda resultar, con esta actitud asumen posición de control y desarrollan el crecimiento, mientras evitan adoptar papeles de víctimas.
Conexión con la gratitud: Se sienten agradecidos con las oportunidades, con la magia de la vida, ven bendiciones a su alrededor constantemente y por ello siguen atrayendo experiencias para agradecer a sus vidas.
Confianza en los demás: Para quienes se sienten en paz el resto del mundo actúa en armonía perfecta y es por ello que asumen que las acciones de los demás parten de la bondad y sus errores no están asociados a una mala intención, sino a un proceso de aprendizaje.
Capacidad de estar en el momento presente: Viven el aquí y el ahora, han aprendido a estar presentes, enfocados en lo que está ocurriendo a cada instante, evitando que su mente oscile entre el pasado y el futuro.
Facilidad para perdonar: No se quedan enganchados a dolores emocionales, sueltan lo que duele y procuran colocar allí amor, al menos por ellos mismos, procurando sanar prontamente y seguir adelante sin cargas innecesarias.
Poco interés en juicios propios o a terceros: Saben que cada quien es consecuencia de muchos factores, que nuestros juicios no son más que una proyección de nuestra realidad, la cual nunca es absoluta, así que evitan juzgarse a sí mismos y a los demás.
Interés en amar y recibir amor: Entienden que uno de los propósitos de la vida es aprender a amar y eso solo se logra con la práctica.
Todo esto tiene mucho sentido, ¿qué tal si practicamos más de lo dicho acá y formamos parte de ese grupo de personas que ama la vida, que se reconcilia con ella si es necesario y que hace lo que puede por disfrutarla y aprovecharla? De seguro, eso es lo más cercano a la paz que podamos estar dentro de nuestra cotidianidad.
Por: Sara Espejo –
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