A veces vivimos en el exceso, ya sea de trabajo, estrés, alimentación... Para evitarlo existe el lagom, la filosofía de vida sueca basada en el equilibrio y el orden.
La receta para el éxito vital se basa en el equilibrio. Difícil de conseguir, podemos inspirarnos en el lagom, es decir, en como viven los suecos siempre rechazando el despilfarro e invirtiendo tiempo de calidad con los suyos. A veces parece que es imposible no excedernos, como en cumpleaños o fiestas o Navidad, pero eso es evitable y si sigues leyendo saber cómo.
El Lagom es mucho más que una palabra, también es la esencia del estilo de vida de los suecos. Vivir con lo esencial y ser feliz con lo que uno tiene es una de las claves para disfrutar de una vida de bienestar y tranquilidad. "El lagom debería ser la gran exportación de Suecia al mundo", recoge Linnea Dunne en Lagom, la receta sueca para alcanzar el equilibrio en tu vida (Libros Cúpula, 2017). Pero ¿qué significado, más allá del semántico, tiene exactamente esa palabra que pronto desbancará al hygge como concepto nórdico por excelencia?
Lagom no tiene una traducción equivalente en castellano, pero viene a ser “ni demasiado ni poco, lo justo”. “Lagom tiene mucho que ver con el espacio: descongestionar y simplificar, eliminar los prejuicios y allanar el camino a la sinceridad”, explican Linnea Dunne, autora de Lagom (Libros Cúpula). Rodeados de una sociedad que celebra el consumismo con rapidez, el lagom sueco es efectivo como un bálsamo. Y mucho tiene que ver con esa necesidad de mindfulness, de meditación, desconexión e incluso orden (y alivio) en nuestras casas. El Foro Económico Mundial indica que Suecia supera a muchos países desarrollados –como el nuestro– con un estado del bienestar envidiable, ayudas generosas a los padres y niveles bajos de corrupción. Una vida lagom logra el equilibrio entre la vida laboral y la personal. El trabajo no invade el espacio que debe ocupar tu familia y amigos. En la cultura sueca, por ejemplo, se disfruta de unos viernes por la noche caseros, con ropa cómoda y comida sabrosa, compartiendo anécdotas de la semana. Y cuando se trabaja, el fika –la pausa para el café y el rollo de canela– es tan sagrado como el trabajo en sí. “El lagom consiste en hacer que la buena vida sea menos complicada”, dice Dunne, cosa que supone “un consumo más moderado y consciente, disponer de un espacio físico más minimalista [diseño escandinavo, gracias], estar plenamente presente cuando se trabaja y cuando se está en casa [adiós distracciones], cuidar los recursos y tener una sensación de pertenencia con el entorno”, añade. Por un estilo de vida más liviano y sin dramatismos.
Nada en exceso, nada en defecto: lagom. Forma parte del 'estoicismo' sueco, de la igualdad y el término medio como seña de carácter. Todos hemos de ser iguales, las reacciones deben ser medidas. No estás por encima de nadie, pero tampoco eres menos. Se podría resumir con el conocido 'en el punto medio está la virtud', según explica la española Sofía Aranda, que se fue a vivir a Suecia para ejercer como médico.
Cualquier aspecto de la vida cotidiana pude ser lagom y la comida no se salva. La alimentación lagom se basa en una cocina nada elitista, pero tampoco simple, que tiende al consumo sostenible, ético y local, con predominancia de productos frescos y de temporada.
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