Martina Ferrer
En esta enfermedad crónica es esencial combatir la inflamación y cuidar el intestino. Los antioxidantes, los probióticos y ciertas grasas te ayudarán.
La fibromialgia, como otras enfermedades inflamatorias, tiene su origen probable en la hiperpermeabilidad intestinal. El intestino, dañado e inflamado, no cumple con su función de aduana y deja pasar todo tipo de sustancias.
El sistema inmunitario se activa y provoca una respuesta inflamatoria crónica a diferentes niveles, que afecta sobre todo a músculos y tendones.
Una alimentación rica en verduras, hierbas y especias, grasas saludables y fibra, y en cambio pobre en cereales refinados, productos procesados, azúcares, alcohol y otros tóxicos, va a facilitar el proceso antiinflamatorio necesario para revertir la situación.
Tomar fermentados es esencial a fin de aportar bacterias saludables a la microbiota del intestino. La vitamina D resulta útil por su acción antiinflamatoria e inmunoestimulante. Además, tomar el sol ayuda a relajar la musculatura.
En medicina china el hígado rige tendones y músculos, pero también la rabia. Es necesario expresar nuestras necesidades y poner límites.
La serotonina ayuda frente al dolor. El 80% se forma en el intestino a partir de triptófano. Aportan triptófano calabazas, las nueces, los dátiles, el plátano o las semillas.
DIETA PARA LA FIBROMIALGIA: 10 ALIMENTOS PARA ALIVIAR EL DOLOR
Estos alimentos no deberían faltar en tu dieta, te ayudarán a aliviar el dolor producido por esta enfermedad crónica
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