Somos...
Somos de quien nos encuentra en pedazos y nos da la fuerza para armarnos otra vez. De quien llega sin avisar y trae bríos nuevos. Somos de quien nos abraza cuando el miedo ahoga y nada sabemos. Somos de quien sabe mirarnos, escucharnos, sonreírnos, querernos. De quien da seguridad y calma cuando el futuro es incierto y quien sueña de nuestra mano sueños locos que pocos sueñan.
Somos de quien nos encuentra estancados y nos ofrece su mano para salir a la vida, a mirar el cielo a celebrar la tierra. De quien nos cuida por las noches cuando nos ataca alguna pena y nos escucha paciente cuando buscamos consuelo en algún desvelo.
Somos de quien nos dice las cosas a la cara, sin lastimar, más bien construyendo. Con quien no podemos enojarnos porque bien sabemos las cosas que mal hacemos.
Somos de quien está aún sabiendo que la distancia nos separa, de quien sostiene los afectos a través del tiempo. De quien se ríe a carcajadas sosteniéndose la panza de las pavadas que decimos y las cosas graciosas que hacemos.
Somos de quien es capaz de llorar en nuestro hombro porque confía en que está frente al mejor consuelo. De quien puede depositar su pena en nosotros porque sabe que nuestro amor no tiene barreras.
Somos de quien nos ama hasta dejar nuestro corazón bien lleno, sin cambiar nuestra esencia que es justamente la que ellos quieren de manera verdadera.
Somos de un amigo, un hermano, un padre, un gran amor que partió dejando luz desparramada por nuestras almas y de un Dios que nos cuida, pero también somos bien nuestros
Somos de quien nos encuentra estancados y nos ofrece su mano para salir a la vida, a mirar el cielo a celebrar la tierra. De quien nos cuida por las noches cuando nos ataca alguna pena y nos escucha paciente cuando buscamos consuelo en algún desvelo.
Somos de quien nos dice las cosas a la cara, sin lastimar, más bien construyendo. Con quien no podemos enojarnos porque bien sabemos las cosas que mal hacemos.
Somos de quien está aún sabiendo que la distancia nos separa, de quien sostiene los afectos a través del tiempo. De quien se ríe a carcajadas sosteniéndose la panza de las pavadas que decimos y las cosas graciosas que hacemos.
Somos de quien es capaz de llorar en nuestro hombro porque confía en que está frente al mejor consuelo. De quien puede depositar su pena en nosotros porque sabe que nuestro amor no tiene barreras.
Somos de quien nos ama hasta dejar nuestro corazón bien lleno, sin cambiar nuestra esencia que es justamente la que ellos quieren de manera verdadera.
Somos de un amigo, un hermano, un padre, un gran amor que partió dejando luz desparramada por nuestras almas y de un Dios que nos cuida, pero también somos bien nuestros
Mechi
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