Wabi Sabi es un concepto zen que hace referencia a la capacidad de ver la belleza en la imperfección. Se trata de una filosofía oriental que irrumpe en Occidente como una herramienta no solo para el desarrollo personal, sino también para la búsqueda de una existencia plena y feliz.
Wabi Sabi es el arte de la armonía y el bienestar en la imperfección, es la capacidad de encontrar belleza incluso en cosas sencillas. Leonard Koren, autor de Wabi-sabi para artistas, diseñadores, poetas y filósofos, afirma que se trata de todo aquello que hace referencia a la belleza tradicional japonesa y que busca cosas imperfectas e incompletas. Wabi Sabi es, en definitiva, la aceptación de las cosas poco convencionales.
Ahora bien, es importante mencionar que Wabi Sabi no solamente hace alusión a factores externos, sino también a conceptos más profundos como la humildad, la sencillez, la soledad o incluso el abandono. Define un modo de vivir en paz con uno mismo y con el entorno, desde la simplicidad de la rutina diaria.
Origen del concepto Wabi Sabi
Wabi Sabi tiene su origen relacionado en el concepto budista de Tri Laksana, el cual afirma que todo lo que acontece en la naturaleza está sujeto a tres características fundamentales: la insustancialidad del yo, la transitoriedad y el sufrimiento.
De este modo, es válido destacar que Wabi Sabi es un patrón estético orientalcomparable a los cánones de belleza para los occidentales, pero que sin embargo, nada tiene que ver uno con el otro.
El origen etimológico de la palabra Wabi hace referencia a la frugalidad o moderación que impide la ostentación y el lujo. Justamente, es todo lo contrario a la extravagancia y al desperdicio. Mientras que la palabra Sabi se refiere a la serenidad y a la tranquilidad que llegan con la edad o bien con la madurez intelectual.
Por lo tanto, Wabi Sabi destaca la belleza en lo imperfecto, la grandeza que presenta lo simple, pero sin desestimar lo decadente del mundo, donde la tristeza y la desolación se funden en una absoluta melancolía.
Kintsukuroi una ruptura vuelve al objeto más fuerte y bello
Se puede establecer una relación del concepto Wabi Sabi con la técnica japonesa denominada Kintsukuroi, la cual consiste en la reparación de objetos rotos a partir de la unión de sus grietas con oro. De este modo, se embellece el objeto y queda mucho más fuerte que antes.
Además, es constructivo relacionarlo con el alma que ha sufrido alguna herida o bien una afrenta tan grande que sintió cómo se desintegraba su Yo. Sin embargo, lo que enseña la filosofía de Kintsukuroi es que la adversidad puede ser una oportunidad para transformarse en una persona mucho más fuerte y bella, siendo las marcas de la adversidad una manera de recordar que a pesar del sufrimiento y el infortunio, el individuo tiene la capacidad de restaurarse de manera integral gracias a su poder de resiliencia.
Desde la psicología, la resiliencia hace referencia a la capacidad de hacer frente a una situación adversa y salir reforzado de ella. La persona descubre recursos en su interior que desconocía y que le ayudan a recomponerse tras la vivencia de un suceso traumático.
De este modo, para el individuo resiliente un problema o una crisis es un desafío, una oportunidad para crecer y favorecer su desarrollo personal. El dolor lo utiliza como motor para alcanzar nuevas metas, avanzar y lograr estar en equilibrio de nuevo.
Encontrar la salida a cada laberinto de la vida, volver a estar completamente en armonía con uno mismo y con el otro, es una de las mejores capacidades que presenta el ser humano. Esa en la que los límites solamente existen si realmente se cree en ellos y la manera de lograr todo lo que parecía imposible es simplemente trabajando a diario. Y sobre todo teniendo la capacidad de no abrumarse por los problemas, estableciendo metas claras, creyendo que pueden alcanzarse a pesar de que el camino no sea fácil y confiando en su fortaleza.
En definitiva, tener la capacidad de reconocer que se está en un mundo caótico, finito y complejo, y a pesar de todo ser feliz, es fundamental para disfrutar de la vida; sin anticiparse a la pérdida que significa la existencia en sí misma.