El cerebro es el organo más importante de nuestro cuerpo, y tiene una actividad constante. Está constituido en su mayoría por células nerviosas llamadas neuronas y éstas necesitan el aporte contante de glucosa. Por otro lado tenemos los neurotransmisores que son sustancias que permiten la comunicación entre neuronas y se forman a partir de aminoácidos y otros nutrientes. Es por ello que la alimenntación ocupa un lugar muy importante en el desarrollo de nuestro cerebro.
En ciertas ocasiones, como por ejemplo un aumento de actividad intelectual por estudio, trabajo, estres o por la edad, puede ser bastante beneficioso el incremento de ciertos nutrientes específicos. Los nutrientes específicos más destacados son las vitaminas de grupo B, algunos minerales, los ácidos grasos esenciales, fosfolípidos y aminoácidos.
Las vitaminas del grupo B actúan en muchos procesos fisiológicos del sistema nervioso. En concreto el deficit de vitamina B1 se relaciona con problemas de concentración y poca memoria y la falta de vitaminas B3 y B6 puede ser causa de depresión.
También existe mayor demanda de minerales como el Magnesio o el Zinc en situaciones de máxima exigencia intelectual y fisica.
Nuestro cerebro es muy rico en grasa y por ello su buen funcionamiento se relaciona con la presencia de ácidos grasos esenciales. El más relevante es el DHA (ácido docosahexaenoico) de la serie Omega 3, presente en nuestras células y relacionado con el aprendizaje, la memoria y los procesos cognitivos.
Como el resto de células, las neuronas están recubiertas por membranas, cuyos constituyentes son los fosfolípidos. Los mayoritarios son la Fosfatidilserina y Fosfatidilcolina que participan en el mantenimiento y crecimiento de dichas células y en la comunicación entre ellas. La fosfatidilcolina y fosfatidilserina estan implicadas en procesos de concentración y memoria, por ello es importante aumentar su aporte en casos de estrés y a medida que nos hacemos mayores, ya que favorecen el bienestar mental.
Como hemos indicado anteriormente los aminoácidos ayudan en la formación de neurotransmisores. Por ejemplo la L-Glutamina, muchas veces deficitaria en casos de estrés, aumenta los niveles de ácido glutámico, que contribuye a unas funciones cerebrales normales.
Además de estos nutrientes también hay plantas medicinales que ayudan a potenciar las funciones mentales y cognitivas. Destacamos principalmnete dos de ellas:
- El Ginkgo Biloba es un arbol cuyas hojas aportan un alto contenido en flavnoides, que mejoran la microcirculación y por tanto ayuda a mantener la circulación cerebral en buen estado, favoreciendo la concentración y previene de la perdida de memoria asociada a la edad
- La Ashwagandha (Whitania somnifera) es una planta usada en la medicina india para ayudar al organismo a adaptarse en épocas de éstres. Contiene colina, un elemento que encontramos en las células nerviosas y que se relaciona con los procesos de memoria.
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