Existe información que indica que las personas optimistas se pueden recuperar antes que los demás, vivir de una manera más ligera y con menos cargas, lo que puede traducirse en una capacidad mayor para lidiar con el estrés y esto repercute en una mejor salud, en pocas palabras, a los optimistas les va mejor.
Convencerse a sí mismo de que “todo va a estar bien” es la primera condición para enfrentar de mejor manera procedimientos médicos como la cirugía de bypass coronario. Quienes piensan de manera positiva tienen sistemas inmunitarios sanos y viven más tiempo, tanto en general como cuando padecen enfermedades como el cáncer, cardiacas o insuficiencia renal. Esto lo afirman científicos en Annals of Behavioral Medicine.
Los optimistas viven mejor
Una mente positiva no sólo ayuda a sofocar el estrés, también tiene un efecto en el cuerpo, al ayudarlo a repararse. Un análisis reciente de varios estudios concluyó que los beneficios en la salud que el pensamiento positivo genera son comparables a los daños causados por los estados negativos, se indica en Psychosomatic Medicine.
El optimismo favorece a la salud
El optimismo parece reducir la tensión inducida por la inflamación y los niveles de hormonas del estrés como el cortisol. También, disminuye la susceptibilidad a las enfermedades al reducir la actividad del sistema nervioso simpático y la estimulación del sistema nervioso parasimpático. Este último regula el llamado ‘descansar y digerir’, lo contrario a la ‘lucha o huida’.
Tan útil como tener una visión optimista del futuro es tener una visión optimista de uno mismo. Quienes muestran una alta autoestima presentan mejor respuesta cardiovascular al estrés, y su recuperación es más rápida, dice por su parte el Journal of Personality and Social Psychology.
Cualquiera puede entrenarse para pensar de manera más positiva, incluso cuanto más estresado o pesimista se esté, mejor funcionará, asegura un estudio en Health Psychology.
Vida Lúcida
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