¿Es posible tener una sangre de mejor calidad? En cierto modo sí. Con el mantenimiento de un estilo de vida sano, sustentado en hábitos buenos y coherentes, como una alimentación balanceada.
Pero antes de adentrarnos más en el tema, repasemos brevemente qué es la sangre. Pues bien, recordemos que se trata de un tejido conectivo líquido que circula por: capilares, venas, arterias, aurículas y ventrículos de todos los vertebrados. Su consistencia es densa, opaca y con sabor a metal.
Su color rojo viene dado por la presencia del pigmento hemoglobínico que contienen los eritrocitos. Sin embargo, el color puede variar: desde escarlata, que es señal de alto nivel de oxígeno, hasta rojo oscuro, es decir, pobre en oxígeno. El pH promedio de la sangre es de 7.35 a 7.45. Mientras que la temperatura es de 38 °C, levemente superior a la temperatura corporal.
¿Qué transporta la sangre?
- Calor.
- Oxígeno.
- Nutrientes.
- Hormonas.
- Anticuerpos.
- Electrolitos.
- Vitaminas.
- Dióxido de carbono.
¿Dónde se forma?
Las células de la sangre se producen en la médula ósea que es el tejido esponjoso que se localiza en el interior de algunos huesos del cuerpo como el hueso de la cadera, el esternón o los huesos del cráneo.
El cuerpo humano tiene un aproximado de 4.5 y 6 litros de sangre. El 55 % es plasma, la parte líquida compuesta por agua, sales minerales y proteínas. Mientras que el 45 % restante la forman: los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas.
¿Cómo iniciar una alimentación saludable?
- Consuma vegetales sin almidón, tales como: tomates, zanahorias y espinaca. Asimismo, es recomendable que disminuya la ingesta de papas, pero no caiga en extremos, no la elimine del todo.
- Busque proteínas saludables: tal es el caso de las carnes magras, pollo, pavo y pescado. Evite el consumo de carnes rojas, sobre todo, lo que es procesado como el tocino o la salchicha.
- Los alimentos integrales son buena opción: el arroz, la pasta y el pan integral son más sanos que el arroz blanco por su contenido de fibra. Por lo tanto, el azúcar en la sangre se eleva lentamente y da una sensación de saciedad.
- Utilice aceites vegetales. El aceite de oliva o canola son una buena opción para condimentar. Por otra parte, evite el uso de mantequilla, pues tiene demasiada grasa saturada.
- Evite bebidas azucaradas. Por ejemplo, jugos, refrescos o té helado. Lo mejor es preparar aguas naturales con un toque de fruta.
¿Qué vitaminas y minerales forman la sangre?
- Vitamina E: vuelve a los glóbulos rojos más resistentes.
- Yodo: contribuye en el desarrollo de los glóbulos rojos y las plaquetas.
- Vitamina C: estimula la absorción del hierro.
- Zinc: interviene en la formación de los linfocitos.
- Vitamina K: favorece la coagulación de la sangre.
- Cobalto: ayuda en la formación de la hemoglobina y los glóbulos rojos.
- Cobre: se encarga de que el hierro esté disponible para la producción de glóbulos rojos.
- Hierro: es esencial para que se forme la hemoglobina, la cual se encarga de transportar el oxígeno a las células.
- Vitamina B12: ayuda a que los glóbulos rojos maduren.
- Ácido fólico: contribuye a la maduración de los eritrocitos y los leucocitos.
Alimentos para tener una sangre de mejor calidad
A continuación te comentamos qué alimentos pueden ayudarte a tener una buena salud, en líneas generales, no solo una sangre de mejor calidad. Ten en cuenta que debes consumirlos siempre dentro de una dieta equilibrada, ya que por sí solos no son capaces de brindarle al organismo todo lo que necesita para funcionar como corresponde.
Hígado
La carne de hígado es rica en vitamina A, lo que indudablemente ayuda a mejorar el aspecto de la piel por sus propiedades antioxidantes.
Además, aumenta la producción de hemoglobina por su alto contenido de hierro así que, sin duda, ayuda a tener una sangre de mejor calidad. Por si fuera poco, el hígado es un alimento bajo en grasa pero, sí aporta una buena cantidad de ácido fólico, que mantiene una correcta división celular.
Huevo
Mientras no tengas alergia o intolerancia al huevo debes incluirlo siempre en tu dieta. Pues es una fuente de proteínas, minerales y vitaminas.
Particularmente, en su yema encontramos lecitina que se encarga de limpiar la grasa en las arterias. Además, contiene colina que mejora el sistema nervioso. Aporta vitamina D, A y E, al igual que minerales como el hierro, zinc, selenio, fósforo y ácido fólico.
Legumbres
Las legumbres son alimentos que deben formar parte de la alimentación de toda persona. Y si bien se ha extendido la idea de que son ideales para aquellas personas que no consumen carne, lo cierto es que todo el mundo puede beneficiarse de su consumo. Son altamente nutritivas y saciantes, además, aportan la energía necesaria para realizar las actividades diarias.
En resumen, las legumbres aportan: hidratos de carbono, fibras, vitaminas del grupo B y minerales como el hierro, el magnesio y el potasio.
Frutos secos
A pesar de que los frutos secos contienen una alta densidad calórica en poco volumen, ofrecen nutrientes importantes para el organismo, siempre y cuando, se consuman de forma moderada, ya que tienen grasas saludables con ácidos grasos omega 3.
Por otro lado, tiene una variedad de vitaminas y minerales. Tal es el caso de: potasio, magnesio, fósforo, vitamina E y complejo B. Todos estos nutrientes ayudan a tener una sangre de mejor calidad y, por supuesto, una buena salud.
Patatas
Las patatas fungen como el combustible que necesita el organismo para producir energía. Son ricas en vitamina B, ácido fólico y minerales. Por otro lado, los flavonoides protegen de enfermedades cardiovasculares y disminuyen el colesterol malo.
Por su parte, las vitaminas del grupo B se encargan de proteger a las arterias. Particularmente, la vitamina B6 disminuye los niveles de homocisteína que es un compuesto químico que contribuye a la inflamación de las arterias.
Consideraciones finales
Además de mantener una alimentación equilibrada y rica en nutrientes como el hierro y el ácido fólico, es importante llevar otros buenos hábitos de vida, o de lo contrario, será difícil poder obtener verdaderos beneficios. Asimismo, debes cumplir con las indicaciones de tu médico, sobre todo, si padeces alguna condición por la cual tengas que tomar un tratamiento farmacológico.
En caso de que tengas dudas acerca de cómo llevar una dieta equilibrada, con qué frecuencia tomar ciertos alimentos y otros aspectos afines, consulta con tu médico o bien, con un nutricionista.
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