Aquí, te presentamos 7 relajantes musculares naturales que pueden ser de ayuda:
1. Sales de Epsom
El uso de las sales de Epsom aumenta eficazmente los niveles de magnesio del cuerpo – un nutriente importante para prevenir el dolor y ciertas condiciones médicas (por ejemplo, la fibromialgia). Las sales de Epsom también contienen propiedades inherentes que estabilizan la respuesta inflamatoria del cuerpo. Puedes usarlas en tu baño nocturno antes de dormir.
2. Aceite de menta
Los aceites esenciales son quizás la subcategoría más versátil de aceites en el mundo. En relación con este tema, se ha descubierto que el aceite de menta es a la vez un excelente analgésico y relajante muscular.
En un estudio de 2009, se encontró que el aceite de menta aliviaba el dolor en pacientes que sufren de fibromialgia y síndrome de dolor miofascial.
3. Cambios en la dieta
Ciertos alimentos no son oficialmente etiquetados como “alimentos que acentúan el dolor” por su capacidad de empeorar los síntomas relacionados. El alcohol, la cafeína, el azúcar y las grasas trans, son todos agentes inflamatorios. También se ha demostrado que el azúcar y las grasas trans aumentan el dolor en ciertas condiciones.
Una dieta alta en calorías a menudo conduce a la obesidad, que puede agravar aún más los síntomas del dolor.
4. Aceite de Árnica
En un estudio de 2013 publicado en la revista, la Biblioteca Pública de Ciencia (PLOS), investigadores hicieron algunas observaciones importantes acerca de este aceite versátil. Es importante destacar que la aplicación tópica de árnica demostró ser eficaz en la reducción de la inflamación, el dolor y el daño muscular.
El timol – un ingrediente químico dentro de la árnica – actúa sobre la respuesta inflamatoria del cuerpo. La inflamación del tejido del cuerpo, por supuesto, es un conductor principal de la tensión del músculo.
5. Permanecer relajado
Cuando experimentamos mucho dolor, es nuestro instinto natural descansar. Sin embargo, con dolor severo (por ejemplo, espasmos musculares) como excepción, el movimiento corporal es importante para limitar la inflamación.
Es una buena idea continuar las actividades diarias normales, si es posible. Si el dolor sale a la superficie, ajustar en consecuencia, ir a un ritmo más lento.
6. Quiropráctica
Algunos estudios demuestran que las técnicas de quiropráctica eficaces, como un “ajuste” general del cuerpo, pueden ser más eficientes en la reducción del dolor que la medicina recetada. Los quiroprácticos (la mayoría de los cuales poseen títulos de doctorado), tienden a tratar a los pacientes sin el uso de drogas.
7. Masaje terapéutico
Del mismo modo, un terapeuta de masaje con licencia puede ser capaz de aliviar la tensión y el dolor sin la necesidad de medicamentos, cirugía u otras intervenciones médicas “tradicionales”.
En un estudio de Taiwán en 2011, científicos probaron los efectos de la terapia de masaje en un grupo de pacientes con cáncer. El equipo estaba específicamente probando el dolor muscular y los efectos relajantes musculares de la terapia, si los hubiera. Los científicos concluyeron que “los resultados de este estudio apoyan el empleo de MT (masaje terapéutico) como un adyuvante para otras terapias en la mejora de la gestión del dolor óseo.
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