Las endorfinas, también llamadas “las moléculas de la felicidad”, fueron descubiertas en 1975 por John Hughes y sus colaboradores. Son sustancias naturales que produce nuestro cuerpo y con propiedades farmacológicas muy similares a la morfina. Están distribuidas de forma desigual por todo nuestro sistema nervioso y tienen un papel fundamentalmente neurotransmisor.
Las endorfinas se liberan a través de la médula espinal y no solo consiguen producir una sensación de bienestar, también son capaces de atenuar el dolor. De hecho, su poder analgésico es mayor que el de muchos medicamentos que se comercializan.
Si no tuviéramos endorfinas no sabríamos que es el placer, no disfrutaríamos del sexo, el chocolate o de una buena conversación. Por ello, las personas con un nivel bajo de endorfinas son personas especialmente sensibles, tristes, que siempre ven la botella medio vacía y no medio llena y a las que cualquier acontecimiento un poco doloroso de la vida les afecta mucho más que al resto.
Hay personas que son más propensas a tener bajas las endorfinas. Son personas que no consumen proteínas, las personas que han tenido algún familiar con esas características (por herencia genética) o que sufren estrés laboral o familiar.
El nivel de endorfinas se puede aumentar
De una manera completamente natural se puede estimular al organismo para que genere endorfinas. Con pequeños gestos o actividades podemos conseguir que nuestro cerebro segregue más cantidad de estas sustancias bioquímicas tan importantes.
Sin prácticamente hacer esfuerzos liberaremos esas cantidades de endorfinas que nos ayudarán a paliar el dolor físico y también el emocional. Estas son algunas actividades que te ayudarán:
- Tratamientos complementarios y corporales: está demostrado que los masajes, la acupuntura, baños de vapor, el yoga, el shiatsu o el reiki ayudan a generar endorfinas. También la meditación o hacer ejercicios respiratorios ayudan en la tarea.
- Actividades placenteras: desde recibir unas caricias a relaciones sexuales satisfactorias. Desde leer o escuchar música a bailar, cantar o viajar. Desde tomar el sol a pasear por la naturaleza o comer algo que guste como puede ser el chocolate. Cualquier actividad que nos agrade hará que segreguemos esta hormona.
- Divertirse: nada mejor para aumentar los niveles de endorfinas que reírse o hacer un rato el tonto, jugar con los niños, contar o escuchar chistes o, simplemente, sonreír.
- Actividades estimulantes: el ejemplo más claro es el deporte. Hacer ejercicio es una inyección de endorfinas y no solo eso, sino que al segregarlas también se favorece la recuperación tras ese el fuerzo.
Hay otras muchas cosas que elevan de forma natural los niveles de esta sustancia: recibir un regalo que no se esperaba, consumir proteínas, volverse a enamorar o, incluso, ayudar a los demás para sentirse bien con uno mismo.
¿Qué beneficios obtenemos al elevar nuestras endorfinas?
Ya hemos adelantado que las endorfinas son un potente analgésico y que ayudan a mejorar el estado anímico. Pero estas hormonas de la felicidad tienen muchos beneficios, entre ellos podemos destacar:
- Bajan nuestros niveles de ansiedad, generan un estado de bienestar general y contrarrestan un excesivo nivel de adrenalina provocado por el estrés.
- Ayudan a reforzar el sistema inmunitario y reducen la presión sanguínea.
- Refuerzan las sensaciones de placer y aumentan el deseo sexual.
- Retrasan el proceso de envejecimiento.
Ya sabes, si quieres mejorar tu estado físico y emocional, debes aprender a liberar mayores niveles de endorfinas en tu cuerpo. Son el secreto para mantener tu felicidad, tu salud y tu juventud, la mejor y más natural botica que puedes tener.
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