Y llegó el otoño, y con él sus colores cálidos, esos ocres, marrones y granates que invaden las aceras y los escaparates. Y con él también el clima frío, las infusiones calientes, los pañuelos al cuello y pronto también el olor a castañas asadas.
Cada persona le da a sus estaciones un significado distinto, las reconoce por distintos olores y le llevan a experimentar distintas sensaciones. En mi casa, por ejemplo, el otoño es crema de calabaza servida con pimienta, para mí es la fiesta de Halloween y las velas del Día de Todos los Santos. Es también un vaquero, unas botas y una sudadera burdeos. Empieza a ser chimenea, libros y reflexión, mucha reflexión.
Resulta ser que el otoño es la estación del soltar. Espiritualmente hablando cada estación tiene un efecto en las personas, una tarea que trabajar o una actitud que tener y, en el otoño, el efecto es la reflexión, la tarea es soltar y la actitud es la de ser consciente.
Somos animales, con un nivel de conciencia superior, pero animales al fin y al cabo, y esto hace que tengamos una conexión especial con la naturaleza, con los ciclos, las estaciones y todo aquello que se escapa de nuestro control. Si conectases con las estaciones, cada trimestre tendrías una tarea que realizar y el ciclo de tu vida llevaría cierto orden. Continuaría fuera de tu control, pero al menos sabrías cómo responder a la realidad en cada momento.
En otoño toca desprenderse de lo que no sirve, en invierno la tarea es reflexionar e idear nuevos proyectos, en primavera es momento de florecer y hacer que esos proyectos se hagan realidad y, por último, se dice que el verano es época para terminar aquellas tareas propuestas no ejecutadas y de prepararse para el nuevo otoño que llega.
Pues bien, centrémonos en el otoño y en cómo debes soltar aquello que ya no sirve como el árbol hace con sus hojas.
Imagina que eres un árbol
Imagina que eres un árbol. Después de un invierno en letargo, con tus ramas desnudas y resistiendo el frío, llegó la primavera y floreciste. En verano, tus hojas al sol absorbieron energía y te mantuvieron con vida, pero ahora que entras en otoño has de soltar esas hojas ya viejas.
Esas hojas secas de esos colores cálidos han sido realmente útiles en primavera y en verano, pero ya ha pasado su tiempo y tú, que eres árbol, debes dejarlas marchar.
Soltar todas esas hojas te liberará de un peso innecesario y te permitirá recogerte sobre ti misma cuando llegue el invierno para, de nuevo, abrirte y volver a florecer en primavera.
Suelta entonces lo que no sirve como el árbol suelta en otoño sus hojas.
Deja marchar los caprichos, las preocupaciones, los objetivos que no te llenan, las obsesiones,
suelta también las relaciones que ya no te aportan y deja marchar a esas personas tóxicas que no necesitas en tu vida. Ahora que puedes soltar, suelta todo lo que no te sirve.
Otoño es la mejor época para hacer limpieza en la casa, sacar todas las cosas y desechar las que no se utilizan. Dejar los armarios vacíos, sólo con aquellas prendas que realmente te traen felicidad y hacer espacio. ¡Mucho espacio! ¿Por qué? ¡Porque vas a necesitar espacio para todo lo que harás en invierno! Vas a necesitar un sitio libre, una habitación o un hogar que invite a la tranquilidad, ¡a estar con uno mismo!
Necesitarás espacio para hacer Nutella casera, para leer, para tomar un té debajo de una manta y, sobre todo, para que, libre de distracciones, logres
proyectar aquello que vas a querer llevar a cabo en el nuevo año.
¡En fin! ¡Suéltalo todo! Ten las conversaciones que quieras tener, aclara tu situación y olvida aquellos temas a los que ya no puedes dar más vueltas. Si quieres una vida tranquila y feliz, haz espacio y suelta, libérate de distracciones y simplemente vive.
Recuerda que eres un árbol,
necesitas dejar marchar las hojas viejas para poder preparar capullos que florecerán en primavera.
Vale, me ha quedado claro: «tengo que soltar». Pero ¿soltar qué? ¿Cómo lo suelto? ¿Dónde lo dejo?
¿Qué soltar y cómo soltarlo?
Cuando una persona me cuenta que se siente sobrepasada por la cantidad de proyectos que tiene en vuelo, por sus tareas pendientes, su agenda, actividad diaria, compromisos, etc, siempre le propongo en, primer lugar, detenerse y respirar. Después de detener por un momento todos los procesos conviene analizar, desechar y purificar todo lo pendiente, así que, ¡veámoslo paso por paso!
1. Detener la mente y hacer silencio
Vas como una moto, y lo sabes. Por experiencia te digo que
no vas a lograr poner orden en tu vida si no te detienes y haces silencio, tanto a tu alrededor como dentro de ti.
Es fundamental que tomes un rato para alejarte de los pensamientos y traer un poco de calma a tu mente que, lo sé, no para ni un segundo y te vuelve loca. Ciertamente, ese
multitasking del que las mujeres presumimos
no es nada positivo ni para nosotras, ni para nuestros proyectos.
Haz silencio, apaga la tele y la música, deja a los niños con su padre, sus abuelos o con quien tengas a mano, y
dedícate a estar en silencio contigo misma durante dos horas. Pon tu atención en la respiración, trae a tu mente cómo has llegado hasta ese momento, siéntete dentro de tu cuerpo y observa la calma que acabas de crear.
Aquí y ahora, en este momento, has detenido tu mente y estás en silencio.
2. Analiza paso por paso qué compone tu vida
La mejor parte de soltar lo que no sirve, además del alivio que produce, es
el análisis previo en el que se debe listar todo lo que uno tiene (cosas, responsabilidades, obligaciones, etc) ordenándolo por importancia. De tal manera que si en tu análisis determinas que debes hacer espacio en tu casa para darle
un toque minimalista a las estancias que invite a la tranquilidad, primero deberás hacer limpieza y desechar para poder ordenar.
Aprovecha el silencio que has creado para hacer una lista de todo lo que compone tu vida: trabajo de 8.00 a 17.30, voy al gimnasio, salgo al cine con mi pareja una vez por semana, hago los deberes con los niños, etc.
También puedes centrar tu análisis en ideas que quieres llevar a cabo: redecorar la casa, terminar la carrera, pasar más tiempo en familia, ser más organizada con las tareas del hogar o más productiva en el trabajo, ¡lo que sea!
Hacer una lista por escrito te ayudará a tener una perspectiva amplia de lo que vas a tener que soltar y de qué cosas quieres mejorar.
3. Desecha
¡Y llegó el momento de soltar propiamente dicho! El momento en que simplificas tu vida y desechas aquello que no sirve.
Si te has centrado en depurar tus objetivos de este curso, toca desechar aquellas metas que te fijaste en el pasado y que quedaron en tu mente de forma residual. ¡Tienes que poner el foco en aquello que realmente quieres y soltar lo que te enlentezca! Te pongo un ejemplo: si quieres darle la vuelta a tu vida y trabajar por ser más feliz y vivir con más tranquilidad, suelta todo lo que no esté relacionado con eso y centra tus esfuerzos en nutrir cuerpo, mente y espíritu.
Soltar facilita la vida, ¿has leído La Magia del Orden, de Marie Kondo? Bueno, este es un libro genial para soltar cosas y te invito a leerlo porque después de soltar cosas materiales que ya no se utilizan, se coge el gusto y se empieza a soltar absolutamente todo lo que no sirve, incluida la sobre actividad mental.
4. Limpia y purifica
Tu agenda, tus hobbies, tu casa, tu armario, tu matrimonio, tu relación contigo misma, ¡todo! Limpia y purifica todo.
Recuerda que estamos siguiendo cuatro pasos para la tarea de soltar que debemos hacer en otoño y no sirve de mucho soltar, desechar y simplificar, si no limpiamos aquello que sí nos queremos quedar. ¡Y no sólo hablo del abrigo que no piensas regalar por nada del mundo! Hablo también de limpiar y aclarar aquellas cuestiones que puedan estar dañando tu relación de pareja, limpiar tu mesa de trabajo, sacarle brillo a las normas de la casa, limpiar tus energías y ¿por qué no? Hacer la purificación de otoño propuesta por la medicina ayurveda.
Recuerda que…
El otoño es tiempo de colores cálidos y de buscar calor en lugares agradables, plantéate detenerte y hacer el análisis en una cafetería que te guste o en el parque donde siempre te has querido sentar pero nunca has tenido tiempo.
Otoño es momento de sacar la manta y buscar la receta del mejor chocolate caliente del mundo.