Es invierno. Hace frío. Desde finales de noviembre del año pasado, que entró la primera ola de frío en nuestro país, nuestro cuerpo lleva una temporada intentando acostumbrarse a las nuevas temperaturas polares. Hemos creado un mundo en el que permanecemos mucho tiempo en locales climatizados. Nuestras viviendas poseen calefacciones, los lugares de trabajo son cómodas estancias de temperatura tropical; cafeterías, bares, restaurantes, tiendas, supermercados, grandes almacenes, metro y autobuses ofrecen espacios que nos protegen del frío y pasamos en ellos la mayor parte de nuestro tiempo. Pero, para trasladarnos de unos lugares a otros, atravesamos pasillos de hielo, áreas gélidas, calles polares… Por un lado, nuestro cuerpo debe adaptarse a los bruscos cambios de temperatura. Por otro, el mayor hacinamiento en lugares públicos muy concurridos hace que sea mucho más fácil el contagio de virus y bacterias. Si no estamos fuertes, nuestras defensas bajan, la maquinaria de nuestro sistema inmunológico no funciona a pleno rendimiento y caemos enfermos.
Vamos a darte algunos consejos para mejorar tus defensas de forma natural. ¡Seguro que te apuntas!
Nuestro sistema inmune distingue los componentes de nuestro organismo de las moléculas extrañas.
Los anticuerpos o inmunoglobulinas son las células principales de nuestro sistema inmune que actúan para defendernos. Cuando decimos que vamos a "aumentar nuestras defensas" estamos diciendo que vamos a mejorar la funcionalidad de nuestros anticuerpos para que sean capaces de combatir mejor una infección.
Tenemos memoria inmunológica. Cada patógeno que entra en nuestro cuerpo es recordado; de modo que si vuelve a entrar, actuamos sobre él rápidamente.¿QUÉ COMEMOS?
Los anticuerpos son moléculas de proteína. Por tanto, nuestra dieta debe poseer un contenido proteico suficiente para disponer de aminoácidos que sirvan para formar esas inmunoglobulinas.
Aumentar vitaminas, minerales y proteínas en nuestra dieta es el paso inicial. Sin embargo, pasarnos con dietas hiperproteicas y no controlar la cantidad de hidratos de carbono produce sobrecarga en hígado y riñón, favorece la deshidratación y la descalcificación del hueso y, además, las defensas también bajan.SOPA DE SIEMPRE, SOPA DE MODA
Desde hace poco tiempo, los especialistas americanos proponen a los deportistas la sopa de hueso como una forma ideal de aumentar nuestro sistema inmune. La médula del hueso proporciona nutrientes a la sopa que estimulan las defensas de nuestro organismo. En fin, nuestra sopa de cocido de toda la vida.
¡Cuánto saben nuestras madres y abuelas de cómo curar un buen catarro!
Ruth Fraile