Es de todos sabido que para mantener una buena salud el buen funcionamiento del aparato digestivo es imprescindible, ya que se encarga de extraer los nutrientes que necesitamos a partir de los alimentos que ingerimos. Sin una adecuada digestión y absorción de los alimentos, incluso la dieta más nutritiva nos sirve de poca ayuda.
Otra de sus funciones, menos conocida pero no por ello menos importante, es la función defensiva. El aparato digestivo, y sobretodo el intestino delgado, es uno de los órganos de defensa más importante del organismo. Esto es lógico, ya que constituye la puerta de entrada para muchos agentes patógenos y se halla expuesto constantemente a una gran cantidad de microorganismos y sustancias extrañas procedentes de los alimentos, debiendo impedir que entre todo aquello que le resulte potencialmente dañino.
Esta capacidad la realiza de diferentes formas:
– La pared del aparato digestivo constituye una barrera física de protección frente a los microorganismos y sustancias patógenas y colabora en el mantenimiento de nuestro medio interno en perfecto estado. La barrera intestinal impide o modula la entrada de gérmenes, toxinas y otras macromoléculas desde el interior del intestino a la sangre.
-La flora intestinal es otro de los principales mecanismos de defensa con los que cuenta el organismo para protegernos contra la invasión de microorganismos patógenos. Además de tener esa función protectora, la flora intestinal se encarga de la síntesis y fabricación de las vitaminas y otras sustancias que son necesarias para el funcionamiento correcto de nuestro organismo.
– La pared del aparato digestivo constituye una barrera física de protección frente a los microorganismos y sustancias patógenas y colabora en el mantenimiento de nuestro medio interno en perfecto estado. La barrera intestinal impide o modula la entrada de gérmenes, toxinas y otras macromoléculas desde el interior del intestino a la sangre.
-La flora intestinal es otro de los principales mecanismos de defensa con los que cuenta el organismo para protegernos contra la invasión de microorganismos patógenos. Además de tener esa función protectora, la flora intestinal se encarga de la síntesis y fabricación de las vitaminas y otras sustancias que son necesarias para el funcionamiento correcto de nuestro organismo.
Existen dos tipos de flora en el intestino, la de tipo fermentativo, que se alimenta de hidratos de carbono, y la putrefactiva, que se alimenta de proteínas. Las dos deben mantener un cierto equilibrio. Si se rompe el equilibrio de la flora intestinal se alteran las funciones esenciales que desempeña, repercutiendo en la salud del organismo.
La flora intestinal comienza a adquirirse en el momento del nacimiento y, según el tipo de microorganismos que colonicen el intestino, repercutirán en el desarrollo del sistema inmune. Los malos hábitos de vida como el tabaco, el estrés, la escasez de actividad física y una dieta rica en grasas y pobre en fibra afectarán a nuestra flora intestinal, destruyendo el necesario equilibrio.
Debemos recordar también el efecto que produce el consumo de antibióticos sobre la flora intestinal. Los antibióticos son medicamentos que nos ayudan
a combatir infecciones bacterianas, desgraciadamente al consumirlos también destruimos nuestra flora intestinal beneficiosa y necesaria para mantener un cuerpo sano, por lo que es muy importante que no se abuse del uso indiscriminado de los mismos ya que no da tiempo a la flora intestinal a que se equilibre de forma adecuada. Estos deben ser empleados con cautela. Además, es importante recalcar que al tomarlos de forma constante aumenta el riesgo de que las bacterias se hagan más resistentes a ellos.
a combatir infecciones bacterianas, desgraciadamente al consumirlos también destruimos nuestra flora intestinal beneficiosa y necesaria para mantener un cuerpo sano, por lo que es muy importante que no se abuse del uso indiscriminado de los mismos ya que no da tiempo a la flora intestinal a que se equilibre de forma adecuada. Estos deben ser empleados con cautela. Además, es importante recalcar que al tomarlos de forma constante aumenta el riesgo de que las bacterias se hagan más resistentes a ellos.
Prebióticos y probióticos se encargan de mantener y restaurar la función normal del intestino. Nos ayudan a hacer más fuerte la barrera gastrointestinal y contribuyen a mantener el equilibrio de la flora. En definitiva, son fundamentales para una salud óptima.
PREBIÓTICOS
Son sustancias que favorecen el crecimiento de las bacterias beneficiosas que pueblan el intestino. En definitiva, son “los alimentos de los probióticos”.
Son sustancias que favorecen el crecimiento de las bacterias beneficiosas que pueblan el intestino. En definitiva, son “los alimentos de los probióticos”.
Los más conocidos son la inulina, la oligofructosa, la lactulosa y los oligosacáridos.
Los prebióticos los podemos incluir naturalmente en nuestra dieta si consumimos alcachofas, cereales integrales, espárragos, ajo, cebolla o puerro, y legumbres.
PROBIÓTICOS
Son microorganismos que llegan vivos al intestino y contribuyen al equilibrio y repoblación de la flora intestinal aportando una serie de efectos beneficiosos al organismo. No están de forma permanente allí, por lo que es muy importante ingerirlos con regularidad.
Son microorganismos que llegan vivos al intestino y contribuyen al equilibrio y repoblación de la flora intestinal aportando una serie de efectos beneficiosos al organismo. No están de forma permanente allí, por lo que es muy importante ingerirlos con regularidad.
Las especies más conocidas son Lactobacillus y Bifidobacterium.
Podemos encontrar probióticos en suplementos específicos. Es importante su número porque una parte de los probióticos que ingerimos se destruye en el estómago y no llega al colon que es donde realmente actúan.
Además de contribuir al funcionamiento intestinal los probióticos aportan otros importantes beneficios:
» Combaten el colesterol. Regulan su metabolismo favoreciendo su reducción. » Nos protegen de infecciones y alergias.
» Combaten el colesterol. Regulan su metabolismo favoreciendo su reducción. » Nos protegen de infecciones y alergias.
» Reducen los efectos adversos relacionados con la toma de antibióticos.
» Previenen y producen mejoría ante diferentes tipos de diarreas (por rotavirus, por bacterias patógenas, parásitos, diarrea del viajero…).
» Ayudan frente a la mala digestión de determinados alimentos.
» Disminuyen los síntomas de intolerancia a la lactosa, un problema ampliamente extendido.
» Incrementan la resistencia a ciertas infecciones y alergias.
» Participan en la síntesis de las vitaminas del grupo B.
» Aumentan la biodisponibilidad del calcio
Medicina natural y nutrición