17 enero 2019

Cuidar la microbiota para combatir la depresión

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Cerebro e intestinos están conectados. Esto hace que los desequilibrios de la flora intestinal afecten al estado de ánimo, pero con la alimentación podemos ayudar a corregirlos.

Dra. Irina Matveikova


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Muchos estudios confirman una comunicación continúa entre dos cerebros, el digestivo y el superior.
Por un lado, estrés y ansiedad perjudican a la salud digestiva. Al mismo tiempo, los problemas de digestión y de tránsito intestinal, una pobre asimilación de nutrientes y los desequilibrios bacterianos afectan negativamente al estado emocional y pueden derivar en una depresión.

La flora intestinal influye en tu estado de ánimo

Las últimas investigaciones demuestran que la flora intestinal también es capaz de modular nuestro ánimo, cognición y memoria. Lo hace las bacterias directamente, enviando por nuestras vías sanguíneas sus metabolitos y sus secuencias genéticas.
Y la composición de esta flora (en especial en bacterias positivas) depende de nuestra alimentación y del estilo de vida.

Los intestinos segregan serotonina, la hormona del bienestar

Los medicamentos que se utilizan para el tratamiento de la depresión son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).
La serotonina es una hormona, un neurotransmisor, es decir, una de las sustancias que las neuronas utilizan para su comunicación. La serotonina es un mensajero de bienestar y de la felicidad. Es un "controlador" de la atención, la cognición, la memoria, y mucho más.
Aproximadamente un 10% del total de la serotonina corporal se encuentra en el cerebro superior. ¡Que sustancia tan deseada, valiosa y buscada!

Los medicamentos de la prescripción masiva, los ISRS, modulan el metabolismo de la serotonina cerebral, aumentan su producción y su efecto. En muchos casos el tratamiento ayuda notablemente. Sin embargo, al retirar la medicación la enfermedad frecuentemente regresa.
Ahora sabemos que tenemos un segundo cerebro, un sistema nervioso entérico, una red de las neuronas inteligentes que se encuentra en nuestro tubo digestivo.
Alrededor de un 90% de la serotonina corporal se produce y almacena en este cerebro digestivo, en unas células especiales que tapizan el tubo digestivo en todo su recorrido. Y en estas influyen directamente nuestra alimentación, nuestro estilo de vida y nuestro microbioma intestinal, o en otras palabras, el conjunto de bacterias que abundan en este órgano.

Nuestros cerebros no van por libre: se hablan e influyen

Las células especializadas del intestino reciben señales desde el cerebro "del arriba" sobre su estado emocional y actividad.
Y a su vez estas neuronas digestivas "responden" al cerebro superior sobre el estado nutricional, la digestión y el equilibrio bacteriano. Esta información se transmite mediante diversos mensajeros químicos y metabólicos.

5 pautas para mejorar la depresión con alimentación y suplementos

Como hemos dicho, nuestra particular población de bacterias, sobre todo de las buenas, depende en gran medida de la alimentación y el estilo de la vida. En caso de sufrir depresión yo aconsejaría:
  • Tomar un suplemento probiótico concentrado: elige uno que contenga al menos 20 mil millones de bacterias al día y tómalo durante 6 meses como mínimo, alternando diferentes probióticos para diversificar la flora.
  • Incluye más fermentados en tu dieta: aportan bacterias beneficiosas para la microbiota o flora intestinal, así que aumenta el consumo de kéfir, chucrut, kimchi, aceitunas, etc.
  • No descuides los prebióticos: aumenta el consumo de fruta y verdura fresca. Toma, por ejemplo, 1 o 2 batidos frescos al día; es una forma cómoda de hacerlo y te aporta muchos nutrientes y fibra.
  • Apoya a tu hígado: pueden ser útiles suplementos naturales de efecto drenante y "detox" sobre el hígado y el intestino, como los de alcachofa, diente de león, cardo mariano, boldo, jengibre o enzimas digestivas.
  • Asegúrate los nutrientes esenciales para la salud mental: puedes obtenerlos de suplementos, por ejemplo, suplementos de aminoácidos, fosfatidilserina, glutamina, triptófano, omega-3, vitaminas D y del grupo B, fibra soluble (como el psyllium), carbonato de magnesio…
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 Salud Pura 

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