La personalidad tipo C o “personalidad propensa al cáncer” se define mediante dos de sus características más consistentes: la falta de expresión de emociones negativas y la necesidad de armonía.
El interés por demostrar la influencia de los aspectos psicológicos en la aparición y desarrollo del cáncer ha dado lugar a numerosos estudios. La mayoría de ellos relacionados con el estrés y con características de personalidad. Con respecto a estas últimas, los trabajos de Morris y Greer les llevaron a hablar por primera vez de la personalidad tipo C.
Según estos autores, los “sujetos tipo C” serían definidos de manera básica como emocionalmente contenidos de cara al estrés, especialmente con respecto a la ira. Es decir, se trataría de sujetos que mostrarían supresión o inadecuada expresión emocional negativa (agresividad, ira, rabia, etc.). Además de esta característica, existen otras muchas que se han ido descubriendo con el paso del tiempo y que han completado el perfil. De ellas hablaremos a continuación.
Personalidad tipo C, en comparación con la tipo B y la tipo A
El perfil del comportamiento tipo A correspondería a individuos competitivos que tienen una sobrecarga en la competencia de tipo social. Sus estrategias adaptativas hacen que parezcan individuos bastante agresivos en la lucha por el éxito y que tiendan a ocupar una posición de liderazgo.
Estas personas no soportan la pasividad y saturan todo su tiempo con muchas actividades. Fueron Friedman y Rosenman quienes acuñaron este término para denominar un tipo de personalidad que guarda relación con la hipertensión arterial, las arritmias cardiacas y el infarto de miocardio.
Por el contrario, los individuos con patrón de conducta tipo B son en general bastante serenos, confiados, relajados y abiertos a las emociones, incluidas las más desagradables. En general, este patrón se corresponde con un mayor equilibrio emocional, por lo que muchos lo consideran el patrón de personalidad más saludable.
Por último, el patrón de personalidad tipo C se trata de una personalidad cooperadora, complaciente, conformista, perfeccionista y laboriosa, que evita a toda costa el conflicto y busca la armonía. Son personas que suelen estar a la defensiva y no expresan emociones negativas. Como estrategias de afrontamiento utilizan con frecuencia la inhibición, la negación, la represión emocional y la autoagresividad.
La personalidad tipo C es un conjunto de actitudes y comportamientos que se dan ante situaciones estresantes y que se manifiestan por actitudes poco conformistas y de extrema cooperación, un estilo de interacción pasivo y un gran control de la expresión de emoción negativas.
¿Qué relación tiene la personalidad tipo C con el cáncer?
El interés por el estudio sobre el patrón de personalidad tipo C se ha visto acrecentado por algunos datos referentes al cáncer, como los que se mencionan a continuación:
- En un 80% de los casos de cáncer, la aparición o el desarrollo de la enfermedad están muy condicionados por algunos patrones de consumo, como el tabaquismo o la alimentación. En este sentido, el control de los hábitos de riesgo y la adopción de estilos de vida saludables puede salvar muchas vidas.
- Los estudios de psiconeuroinmunología han revelado la influencia del estrés y las emociones en el pronóstico de la enfermedad, y en la supervivencia de los pacientes diagnosticados de cáncer.
- Las personas con mayor inhibición emocional negativa están más predispuestas a padecer un tipo de neoplasia.
Por lo tanto, factores psicológicos, como el patrón de personalidad tipo C, pueden tener una influencia, directa o indirecta, en el desarrollo del cáncer. Por eso, identificar las características de personalidad de las personas que padecen cáncer nos permitirá conocer y predecir sus estrategias de afrontamiento.
Esto permite y proporciona un papel a la psicología para identificar ciertos estilos de personalidad y aportar condiciones que lleven a estas personas a desarrollar un estilo de comportamiento más autónomo, con patrones de conducta más saludables física y psicológicamente.
Asimismo, dichos descubrimientos nos pueden ayudar a desarrollar estrategias de prevención primaria. Tanto para personas sanas que poseen personalidad tipo C, disminuyendo el riesgo de que desarrollen este tipo de enfermedad, como para las personas que ya la han desarrollado y se encuentran en tratamiento.
A su vez, es importante que se reconozca la labor de la psicooncología, ya que el asesoramiento constante y la contención o desahogo emocional que se le otorgue al paciente evitarán la confusión, la falta de aceptación y otras alteraciones psicológicas poco beneficiosas para su recuperación.
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