Reflexion Louise L Hay

Casi todas las escrituras nos aconsejan que no nos exijamos constantemente más y más logros y que vivamos cada momento sin obsesionarnos por lo que vamos a hacer más adelante.

Es una bella costumbre aprender a vivir en el Ahora, sumergirse por completo en cada momento de tu vida. Esto se consigue aceptando las cosas tal y como vienen. Se trata de un proceso de renuncia a la lucha constante del ¿Porqué me pasa esto o lo otro? o ¿Porqué tengo que hacer esto yo y no fulano?.

Este proceso de renuncia te permite ser testigo de la abundancia sin límites y la luz eterna que SIEMPRE ESTÁN PRESENTES. Aprendes a abandonar tus ideas sobre la carencia y la escasez y en su lugar Confías en que la gran Fuente: Dios, el Universo, la vida, como le llames, te proveerá todo lo que necesitas. Desaparece la angustia y la ansiedad.

También vas aprendiendo a simplificar tu vida, ya no vives dentro de ti con el deseo de ser otra persona, ni de ganar algo que todos los que te rodean puedan tener. Aprendes que si es tiempo de lavar los platos... ¡Es tiempo de lavar los platos! de dejarlos limpios, y hacer esa actividad con amor, sin verla como una rutina sino como un servicio a ti misma y a quienes amas.

Mira los japoneses Zen, hasta el acto de limpiar una casa es todo un ritual para ellos, sin malas caras, sin quejarse, porque comprenden que ese momento es todo lo que tienen, lo único que tienen para dar su 100%, vivir y disfrutar.

Recuerda que insistir en que necesitas lo que no tienes es una actitud Malsana. El perseguir a quien no quiere estar contigo es una actitud Malsana. El quejarse o protestar por algo que se tiene que hacer es una actitud Malsana.

Fusiónate con la perfección del universo en el que vives. No necesitas nada más para ser feliz; TODO te está siendo dado, ¡aquí y Ahora! Deja de luchar y CONFÍA en que el Amor de Dios está en todas partes y deja que te guíe para tu mayor bien.

Que hoy tengas el mejor día de tu vida, te bendigo con Amor infinito de mi alma a la tuya.

Vanessa