Disfrutar de las hortalizas de la huerta tradicional, cocinadas con cariño y sin prisas, nos protege frente al cáncer y las enfermedades crónicas.
La dieta saludable es equilibrada, variada y rica en vegetales.
Más colores en tus platos significa nutrirse con más sustancias beneficiosas. Verduras y hortalizas contienen fitoquímicos, sustancias que protegen frente al cáncer y las enfermedades crónicas.
Los fitoquímicos son los responsables del color, olor y sabor de los vegetales. En nuestro organismo bloquean aquellos mecanismos que producen y propagan las células tumorales.
Los beneficios de los vegetales según sus colores
Las hortalizas y verduras pueden clasificarse según sus colores. A cada uno de ellos se les asocian determinados beneficios para la salud.
1. Blanco, antiinflamatorio
Toma 2 dientes de ajo al día, mejor crudo. Si lo cocinas, antes aplástalo con un cuchillo. También incluye en tu dieta 1 cebolla diaria.
Los compuestos azufrados de ajos y cebollas poseen actividad antiinflamatoria, antibacteriana y antivírica.
Los flavonoides reducen la inflamación y el crecimiento tumoral. Estimulan el sistema inmunitario.
2. Amarillo, antioxidante
Toma el pimiento amarillo crudo, cortado en tiras, 2 veces por semana.
Las calabazas y los calabacines son ideales para elaborar cremas, también 2 veces cada semana.
Los pigmentos amarillos como la luteína son casi siempre carotenoides de acción antioxidante. En general evitan el daño celular en tejidos y mucosas.
3. Naranja, protector del sistema inmunitario
Disfruta de la zanahoria y el boniato 2 veces cada semana. La zanahoria puedes usarla como base en los licuados vegetales.
El betacaroteno anaranjado inhibe el crecimiento de las células cancerígenas y previene el cáncer de pulmón. Actúa como antioxidante y mejora la respuesta del sistema inmunitario.
4. Rojo, anticáncer
El licopeno que da el color rojo al tomate se asocia a la prevención de los cánceres de mama, color rectal, cuello de útero, pulmón y páncreas. Otros alimentos rojizos pueden contener carotenoides similares.
Al cocinarlo aumenta la cantidad y disponibilidad del licopeno, prepáralo en salsa con aceite de oliva.
No dejes de tomar una cucharada de salsa de tomate al día.
5. Verde, estimulante de las defensas
Al menos 3 veces por semana toma crucíferas: brócoli, coles de Bruselas, col verde, kale. Deben cocinarse lo mínimo posible, o mejor, comerlas crudas, escaldadas o al vapor. Los glucosinolatos de las crucíferas pasan al agua, por lo que es importante aprovechar el caldo.
Los glucosinolatos son blancos o amarillentos, pero se hallan en abundancia en alimentos verdes. Limitan la producción de las hormonas relacionadas con el cáncer, el crecimiento de los tumores e inhiben los carcinógenos.
Toma apio, 2 veces por semana. Es ideal en licuados. También en caldos y cremas.
Consume 100 gramos diarios de hojas verdes: espinacas, perejil, acelgas, lechugas, rúcula, canónigos...
La clorofila estimula las defensas del organismo y la flora bacteriana intestinal. Estos alimentos verdes poseen otros antioxidantes potentes como el betacaroteno, el selenio y las vitaminas C y E que previenen el daño celular.
6. Morado, antocianinas beneficiosas
Es aconsejable tomar 2 veces a la semana alimentos morados: lombarda, berenjena, cebolla morada.
Conviene comerlos poco cocinados, pues las antocianinas se disuelven en el agua y se degradan con las temperaturas altas.
Las antocianinas son los pigmentos que les confieren su característico color. Luchan contra la inflamación y la aparición de células precancerígenas. Estos alimentos suelen contener también betacaroteno.
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