5 maneras de despertar ese poder interior que todos tenemos, pero puede que esté oculto.
Tu energía tiene más poder del que puedes siquiera imaginar, y es que hay energía en tus palabras, en tus mensajes, en tus pensamientos y, por consiguiente, en tu presencia física. Y es por ello que cuando funcionamos desde un estado energético de bajo nivel (miedo, temor), nuestros pensamientos y nuestra energía pueden literalmente contaminar el mundo.
Y por el contrario, cuando funcionamos desde un lugar de energía positiva, el mundo que nos rodea se vuelve más positivo. La verdad es que el miedo no puede coexistir con el amor. Por lo tanto, debemos aprender cómo disolver todos los límites con amor asumiendo la responsabilidad de nuestra propia energía. Tienes el poder de elevar tu propia energía y servir al mundo, y eso es más fácil de lo que piensas.
Paso 1: Sé más real
Tu verdadero poder proviene de tu verdad auténtica. Este ejercicio aumenta tu conciencia de lo que se siente estar en tu verdad contra lo que se siente estar fuera de alineación. Toma pluma y papel y describe las diferencias entre lo que se siente estar en tu verdad y lo que se siente estar en tu ego. ¿Cómo actúas de manera diferente, hablas de manera diferente, piensas e incluso respiras de manera diferente? Presta mucha atención a las diferencias en cómo te sientes. Entonces, cada vez que notes que no estás alineado con tu verdad, usa esta afirmación: “No hay nada más poderoso que mi verdad auténtica”.
Paso 2: No Juzgar más
El juicio debilita tu poder y la razón es simple: el juicio crea separación. Un Curso de Milagros dice: “El ego no puede sobrevivir sin juicio. El ego busca dividirse y separarse. El Espíritu busca unificar y sanar”. Aunque el juicio puede ser nuestro defecto, la unidad es nuestra verdad.
Paso 3: Tu presencia es tu poder
La fuerza de energía que aportamos a todas las situaciones y relaciones determina lo que recibiremos de vuelta.
Esa fuerza de energía es nuestra presencia. En la medida en que seamos más conscientes de nuestro impacto, asumiremos la responsabilidad de transitar por este mundo sembrando armonía, paz y amor. Y precisamente cuando vivimos en y desde ese espacio interior tenemos presencia. Una persona con presencia está asentada internamente. Su presencia surge de ser y de estar conectado con su verdadera identidad. Vive sin máscaras. Su presencia reconoce y es reconocida. Es transformadora.
Te invito a realizar este sencillo ejercicio: Por un instante cierra los ojos e intenta no pensar en nada… simplemente estar allí, contigo mismo. Si llegan pensamientos a tu mente, simplemente obsérvalos. Sé testigo, pero no te identifiques con ellos. Si sientes alguna emoción o sensación física, permítele que esté allí. Siente el poder de tu presencia que atestigua tu existencia.
Paso 4: Accede a tu poder al servicio de los demás
Recientemente escuché a Marianne Williamson decir en una conferencia:
Paso 5: Brilla
A la mayoría de nosotros se nos ha enseñado a rechazar nuestro poder. Jugar en pequeño ya no funcionará. El mundo necesita desesperadamente que más personas con mentalidad milagrosa despierten a su verdadero poder y propósito. Es tu responsabilidad brillar. Cuando brillas, iluminas el mundo. Entra en la práctica diaria de encender tu luz interior. Usa estas herramientas a lo largo del día, sé más real, deja de juzgar, medita y sirve a los demás. A medida que vives en tu poder momento a momento, notarás que tu vida comienza a fluir. Te sentirás más conectado a tu propósito. Vivirás en la luz.
¡¡Con amor Mandala!!
Piensa en Reiki
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