01 marzo 2018

¿Te sientes deprimida? Quizás deberías dejar de comer los siguientes alimentos.


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Por Guru
Todos los que se interesan en cuidar de su salud saben que la mente y el cuerpo son inseparables y que los desequilibrios de uno influyen en el equilibrio del otro.
Esta idea se concibió allá por los años 60, pero el conjunto de los profesionales médicos no tomaron debida cuenta de ello hasta que recientemente, investigadores de una universidad australiana lograron probar que una alimentación pobre o de mala calidad tiene una relación directa y notoria con el síndrome depresivo y que la buena higiene de vida es necesaria para prevenir e incluso curar ciertas enfermedades.
La Dra. Almudena Sánchez-Villegas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria realizó un estudio que tenía como fin entender cuál era el rol que jugaba la nutrición en la salud mental, porque previo a las investigaciones, ya consideraba que ciertos modelos dietéticos podrían proteger nuestro cerebro.
Estas dietas están asociadas a beneficios para la salud física pero también encontraron que podían de la misma manera tener un efecto positivo en la salud mental.
Sobre un estudio realizado en 15.093 personas, el equipo de investigadores comparó los efectos de tres tipos de alimentación sobre la salud mental de los sujetos. Estudiaron la dieta mediterránea, la dieta pro vegetariana, es decir estrictamente vegetariana, y otra que se ajustaba únicamente a alimentos asociados a la prevención de riesgo de enfermedades crónicas.
Los participantes que no sufrían de depresión al comienzo del estudio, pertenecían todos a un grupo que había comenzado la investigación en el año 1999 y que apuntaba a explorar los lazos que había entre la alimentación y ciertas enfermedades como la diabetes, la obesidad o la depresión.
Cada uno debía hacer un reporte del tipo de alimentación que habían seguido y al cabo de ocho años de estudio, 1550 de las personas intervinientes en la investigación fueron diagnosticadas con depresión o reconocieron haber ingerido antidepresivos.
En efecto, estos alimentos estaban ligados al aumento de los riesgos de inflamación, la resistencia de insulina y enfermedades cardiovasculares que afectan al organismo.
El conjunto de estos factores está ligado al desarrollo de las depresiones, conclusión a la que llegaron los investigadores.
De modo que si estás pasando por un período de estrés, tu temperamento se ha vuelto particularmente ansioso o estás atravesando un momento de depresión, tal vez es momento de revisar tu alimentación y cambiar algunos hábitos; pero al mismo tiempo, es la oportunidad para volvernos también más conscientes de que una alimentación sana no sólo repercutirá en nuestro estado anímico sino que tiene un impacto directo sobre nuestra salud.
¿Qué debemos evitar?
Vamos a conocer cuáles son los alimentos que pueden empeorar las situaciones de estrés, de ansiedad o depresión; pero como no queremos quedarnos en lo negativo, te invitamos a que en algún momento leas nuestro artículo sobre los alimentos que pueden mejorar nuestro estado de ánimo, ¡y que son muchos más!
1) Azúcar: Nuestro cerebro es muy sensible a los cambios en los niveles de azúcar y comer alimentos dulces es como someter a nuestra sangre a una montaña rusa de picos en alta y baja.
Después del “subidón” inicial causado por el exceso de azúcar, nuestro cerebro cae en un pozo que en apariencia tiene síntomas muy similares a la depresión.
Además, el hábito de los productos azucarados nos pone en serio riesgo de contraer diabetes.






2) Edulcorantes artificiales: Después de leer el punto anterior, tal vez pensaste que ya que el azúcar es nocivo, la mejor opción son las bebidas gaseosas dietéticas. No, desgraciadamente noDurante muchos años los expertos creyeron que estos productos artificiales podían brindarnos el sabor dulce que tanto nos gusta, sin las calorías y sobre todo sin el efecto negativo sobre el organismo. Pero cada vez más evidencias indican lo contrario: los edulcorantes artificiales hacen variar los índices de azúcar en la sangre.Pero no solamente los encontramos en las bebidas llamadas “light” sino que también están presentes en muchos otros alimentos endulzados artificialmente, como por ejemplo, los chicles.Sucralosa, ciclamato, sacarina, aspartamo, neotame; nos ponen al borde de los dolores de cabeza y la fatiga crónica.

 

3) Cafeína: Mucha gente ha tomado el hábito de beber gaseosas, bebidas energéticas o café, y no estamos diciendo que no deben hacerlo; pero para un cerebro ansioso todos los ingredientes que componen estas bebidas pueden transformarse en un combustible ideal para alimentar esta tendencia.-El té, también contiene cafeína y puede producir el mismo efecto aunque es un poco más suave. 



4) Alcohol: Aquí no estamos descubriendo nada nuevo, porque mucha gente reconoce beber “una copa” cuando necesita liberarse o darse ánimos para algo. En efecto, el alcohol tiene un impacto positivo y actúa como un desinhibidor, pero luego de la segunda o tercera copa rápidamente comienza alimentar la ansiedad y los síntomas depresivos.



5) Grasas transgénicas: Los alimentos fritos o la pastelería industrial que contienen las llamadas grasas trans, son muy nocivas para nuestra salud e incluso para nuestra salud mentalLa conexión con el cerebro podría tener distintas razones, porque estos alimentos no le brindan ningún tipo de nutriente necesario para su buen funcionamiento, sino que por el contrario, impiden la buena circulación sanguínea al tapar las arterias.Desde ya que darse un gusto de manera ocasional no va a marcar la gran diferencia, pero debemos cuidar de que esto no se convierta en un hábito; y sobre todo estar atento de que si percibes que algunos minutos después de haber ingerido estos alimentos te sientes particularmente triste o deprimido.
6) Sal: La sal es muy apreciada y de hecho en algún momento de la historia fue tal el valor que tuvo que se lo usaba como moneda.Pero hoy, que ya no necesitamos utilizar la sal como moneda y que únicamente la destinamos a condimentar nuestras comidas, debemos tener cuidado de qué cantidad de sal estamos ingiriendo porque los excesos provocan numerosos efectos negativos como la inflamación, una menor absorción del potasio, necesario para el buen funcionamiento del sistema nervioso y una alteración de nuestro sistema neurológico.7) Colorantes artificiales: Son los encargados de hacer que esas cosas que nos gusten, nos atraigan ya desde lo visual antes de que las probemos.Bombones, galletitas, snacks, jamón, comidas procesadas… La industria de la alimentación nos hace caer en la trampa con mucha facilidad.
El riesgo que conllevan estos colorantes artificiales tiene relación directa con el insomnio, los dolores de cabeza, la hiperactividad, los problemas de tiroides… En definitiva, nada que necesitemos.



8) Glutamato: El glutamato es un potenciador del sabor semisintético que encontramos generalmente en las galletitas saladas o dulces, las salsas y algunas comidas procesadas. Actúa como una droga y nos hace adictos lo que explica por qué nos cuesta tanto contenernos en terminar con el paquete entero. Pero al igual que sucede con el alcohol tiene un efecto de “subida” de la energía para luego caer de manera estrepitosa.
Se obtiene de la fermentación bacteriana de azúcares residuales de origen animal o vegetal y el riesgo que conlleva apunta directamente al funcionamiento de las hormonas responsables del apetito y de la regulación del azúcar. También triplica los niveles de insulina y favorece el desarrollo de la diabetes.
Sabemos que es muy difícil que estas cosas dejen de gustarnos y que cambiar de hábitos tiene que ver simplemente con una toma de conciencia de los daños que todos estos ingredientes generan, además de que tienen un impacto negativo en nuestro estado anímico, pero es importante pensar seriamente en ello.