01 marzo 2018

Hábitos que perjudican nuestros riñones.





Los riñones, son órganos vitales en nuestro cuerpo. Tienen forma de frijol y se ubican en la parte posterior del abdomen. Forman parte del sistema excretor y son los encargados de producir hormonas, absorber minerales, extraer desechos de la sangre, equilibrar los fluidos y formar la orina, que expulsa las toxinas del cuerpo.
Sin embargo, aunque sabemos cuáles son sus funciones, no los cuidamos de forma correcta. Ya sea por desconocimiento o por exceso de confianza, muchos de nosotros adoptamos hábitos muy perjudiciales para la salud de los riñones. Esto se debe a que el cuerpo puede vivir con el 20% de su capacidad renal. El daño constante pero gradual, puede pasar desapercibido por muchos años, antes de que algún síntoma se manifieste.

Veamos cuáles son los más comunes y más dañinos:
  • No beber suficiente agua.
    Es uno de los mayores daños que podemos hacerle a nuestros riñones. El principal trabajo de ellos es filtrar la sangre de desechos metabólicos y regular los eritrocitos (glóbulos rojos). Si el cuerpo no está bien hidratado, el flujo sanguíneo renal disminuye considerablemente.
  • Sedentarismo
    Mantener un peso saludable y un cuerpo en movimiento, reduce las posibilidades de desarrollar cálculos renales. Un estudio realizado en 2013, demostró que las mujeres menopaúsicas que hacían ejercicio regularmente, bajaban en un 31% las posibilidades de contraer piedras en los riñones.
  • Consumir sodio en exceso.
    En el trabajo de filtración, los riñones se encargan de metabolizar también el sodio que consumimos a lo largo del día. La sal, es nuestra principal fuente de sodio. La mayoría del sodio que ingerimos, debe ser excretado a través de la orina. De esta forma, cuando consumimos sodio en exceso, mantenemos a nuestros riñones al máximo de su potencial tratando de eliminarlo. Además, consumir sal en exceso trae aparejados otros problemas como hipertensión.
  • Consumir cafeína en exceso.
    La cafeína no sólo se encuentra en el café. Muchas veces, creemos que por no beber café, no la consumimos. Sin embargo existen algunas bebidas gaseosas y las bebidas colas (todas) que contienen un gran porcentaje de cafeína. Ésta, produce un aumento en la presión arterial que repercute directamente en los riñones.
  • Consumir proteínas en exceso.
    Generalmente, se recomienda mantener una dieta equilibrada y rica en proteínas. Sin embargo, cuando existe daño renal, esto no es aconsejable. Consumir en exceso carnes rojas y otros alimentos ricos en proteínas aumenta el metabolismo de los riñones. El subproducto de la digestión de las proteínas es el amoníaco. El amoníaco es una toxina difícil de neutralizar para los riñones, por lo que les exige demasiado trabajo
  • Beber refrescos enlatados.
    Consumir dos o más bebidas gaseosas al día, ya sean de dieta o regulares, aumenta las posibilidades de enfermedades renales. Se realizó un estudio en la Universidad de Osaka (Japón) donde 12.000 empleados fueron estudiados. Se confirmó que, aquellos que bebían grandes cantidades de bebidas enlatadas, tenían presencia de proteína en la orina (proteinuria). La proteína en la orina, es un signo temprano de daño renal.
  • Consumo de alcohol.
    Ingerir alcohol agrega toxinas en la sangre que el riñón debe eliminar luego. Es decir que al consumir en exceso, exigimos doblemente a nuestros riñones.
  • Tabaquismo.
    Estudios recientes han demostrado una relación estrecha entre el hábito de fumar y las enfermedades renales. Esto se debe a que el consumo de tabaco está relacionado con la arterosclerosis. Esta enfermedad endurece y tapa las arterias renales, derivando en graves problemas como la insuficiencia renal.
  • No cuidarse debidamente durante las gripes.
    Se ha descubierto que muchos enfermos renales, tienen un largo historial de gripes mal curadas y de poco descanso durante las mismas.
  • No descansar debidamente.
    Los tejidos renales se renuevan durante la noche. Las alteraciones crónicas del sueño, no sólo repercuten en nuestros estados de ánimos, sino que también dañan algunos de nuestros órganos.
  • No consumir vitamina B6
    Estudios realizados en la Universidad de Maryland Medical Center han demostrado que una deficiencia de vitamina B6 aumenta el riesgo de cálculos renales. El consumo mínimo de esta vitamina debe ser de 1.3mg a diario. Los alimentos que la poseen son: pescados, garbanzos, hortalizas con almidón como la papa, hígado de res y frutas no cítricas.
  • Abusar de los medicamentos.
    Consumir medicamentos en exceso, fuera de la dosis recomendada o muy a menudo, daña directamente las funciones renales. Todos los fármacos tienen efectos secundarios y la mayoría de ellos repercute en los riñones.