La ingesta regular de alimentos ricos en vitamina C estimula la actividad de los linfocitos t, decisivos en la lucha contra las infecciones.
La clave es una alimentación variada
El organismo dispone de un complejo mecanismo defensivo que es importante cuidar mediante una alimentación equilibrada que asegure todos los micronutrientes y macronutrientes.Se sabe que los déficits nutricionales afectan negativamente la capacidad del sistema inmunitario para responder a las agresiones.Es importante asegurarse la ingesta de todos los aminoácidos esenciales, mediante, por ejemplo, la adecuada combinación de alimentos proteicos de origen vegetal.Lo adecuado es también mantener una ingesta adecuada de grasas con un predominio del aceite de oliva y un correcto equilibrio entre las grasas poliinsaturadas omega-3 y omega-6.
Los hidratos de carbono complejos, ricos en fibra, sobre todo los cereales integrales sin refinar y sus derivados, estimulan moderadamente el sistema inmunitario por su contenido en fibra y por el germen del cereal, rico en grasas insaturadas de alta calidad biológica.Minerales como el cinc, el selenio, el hierro o el cobre resultan también imprescindibles.
Cuerpomente
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