12 octubre 2021

El mar y los iones negativos: beneficios para la salud.

 




El mar y los iones negativos: beneficios para la salud

¿A quién no le gusta la playa? Siempre hay personas que no disfrutan de la playa, pero la realidad parece ser que la mayoría de nosotros disfruta de un bonito y soleado día a la orilla del mar, o de ese paseo al borde del océano escuchando el hipnotizante sonido de las olas rompiendo en la arena. Son experiencias no solo enriquecedoras desde el punto de vista del ocio, sino que además tienen efectos tremendamente positivos para nuestra salud y nuestro bienestar.

Más allá de los beneficios de estar al sol y al aire libre, pasar tiempo a la orilla del mar tiene la ventaja añadida de exponernos a los beneficios de los iones negativos tan presentes en ese medio

    Qué son los iones negativos

    Ion negativo, o anión, es el nombre que se da a un átomo o un grupo de átomos que ha ganado uno o varios electrones, por lo que ha adquirido una carga eléctrica negativa, y que se forman por fenómenos naturales, como la lluvia, el viento o la radiación solar. Los iones negativos se encuentran en alta concentración al borde del mar y son moléculas microscópicas que absorbemos no solo por la piel sino también a través de la respiración.

    En la playa la concentración de estas moléculas llega incluso a los 2.000 iones negativos por metro cúbico, especialmente alta si tenemos en cuenta que en una ciudad densamente poblada esa cifra puede ser 100 o incluso menor.

    Beneficios andar por la playa

    Beneficios de los iones negativos

    Diferentes estudios han mostrado que los iones negativos tienen sustanciales beneficios para la salud, como la mejora del humor, añadir un potente efecto antimicrobiano o la mejora de los niveles de serotonina, un neurotransmisor que juega un papel determinante en nuestro estado anímico y otras patologías como la depresión o el trastorno afectivo emocional.

    Uno de los estudios más sorprendentes que se han realizado sobre el efecto de los iones negativos sobre la salud y la longevidad, fue dirigido por un grupo de investigadores alemanes en el Departamento de Investigación Médica de Stahnsdorf. Aislaron un número de ratones de laboratorio en un entorno totalmente estanco y filtraron el aire hasta eliminar totalmente los iones negativos del cubículo. El estudio arrojó resultados estadísticamente significativos en cuanto al efecto negativo de la ausencia de estas moléculas en el medio: el índice de mortalidad era muy superior en aquellos ratones privados de la exposición a iones negativos. El estudio concluyó que los resultados sugieren que ese aumento del índice de mortalidad está relacionado con desequilibrios en la regulación neurohormonal e insuficiencia pituitaria derivados de la ausencia de iones negativos.


    En otro estudio, investigadores de la Academia Rusa de las Ciencias de Moscú descubrieron como los iones negativos son capaces de ayudar a proteger al organismo a gestionar el estrés producido por estímulos físicos. Aquellos grupos de ratones de laboratorio expuestos a estrés físico pero en un entorno cargado de iones negativos mostraron una mayor resistencia a patologías típicamente derivadas del estrés crónico que aquellos expuestos a estrés en entornos libres de iones negativos. Se comprobó el efecto protector de éstos independientemente del comportamiento de los diferentes grupos de ratones estudiados.

    En un estudio llevado a cabo en Liverpool, Reino Unido, en el Centro de las Ciencias para el Deporte y el Ejercicio Físico, los investigadores expusieron a deportistas varones a altos niveles de iones negativos y midieron sus respuestas fisiológicas, como temperatura corporal o ritmo cardíaco y respiratorio, tanto en reposo como durante actividad física intensa. Se vio como los iones negativos mejoraban sustancialmente todas las variables fisiológicas de los atletas, especialmente durante el descanso. No solo eso, se comprobó que estas moléculas son biológicamente activas y que afectan muy positivamente al ritmo circadiano del organismo.

    Otro ejemplo de lo positivo que puede ser para nuestra salud la exposición a iones negativos, fue el estudio liderado por el Institute of Theoretical and Experimental Biophysics of the Russian Academy of Sciences de Pushchino, en Rusia. Los investigadores descubrieron que la exposición a estas moléculas aumentan los niveles de enzima antioxidante protectora SOD (superoxido dismutasa). Esta enzima se encuentra en nuestro organismo y es el más potente antioxidante natural, la SOD actúa reparando las células y reduciendo el daño de los radicales libres más comunes en el cuerpo.

    ¡A la playa!.. ¿Y si no tengo una cerca?

    No todo el mundo tiene la tremenda suerte y lujo de vivir cerca de una playa, o ni siquiera de poder visitarla de vez en cuando. Si bien, como hemos visto, la concentración de iones negativos es especialmente alta en las playas, eso no significa que no te puedas beneficiar de sus efectos positivos para la salud en otros lugares. Los iones negativos están presentes en la mayoría de los entornos naturales, así que aprovecha y ve a la montaña, al campo o incluso el parque, ya con eso te estarás beneficiando de la exposición a estas moléculas… ¡relájate, pasea y respira profundamente!



    Conclusión

    Los iones son moléculas generadas en la naturaleza que han perdido o ganado un electrón, y por lo tanto tienen carga negativa (si lo han ganado) o carga positiva (si lo han perdido). Esto es debido a la radiación, a la luz solar o al movimiento de aire o del agua.

    Los iones negativos son moléculas invisibles, sin olor ni sabor, que están presentes en abundancia en ciertos medios de la naturaleza, entre ellos, uno en los que mayor concentración de estas moléculas es la orilla del mar, y en especial la playa. Una vez en nuestro torrente sanguíneo, parece que los iones negativos producen reacciones bioquímicas que producen una mejora del humor y la salud aumentando nuestra energía.

    La acción martilleante de las olas del mar favorece la formación de uno de los ambientes más densos en iones negativos, de ahí que la mayoría de nosotros haya sentido su poder después de un día o un periodo vacacional en la playa. Al margen de que en gran medida esa sensación de bienestar aparezca por el simple disfrute del paisaje y por la simple descompresión que supone dejar los problemas del día a día en un segundo plano, sin duda la alta concentración de iones negativos en este medio juega un papel también muy importante. Se ha visto que la playa contiene miles de estas moléculas por metro cúbico, mucho más que cualquier hogar u oficina típica, que apenas contienen unas decenas por metro cúbico, en el mejor de los casos.


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