Lo creas o no, los microbios minúsculos que revisten tu intestino juegan realmente una parte enorme en tu salud mental y neurológica. Un estudio innovador realizado por investigadores de la UCLA, muestra la fuerte conexión entre las bacterias intestinales sanas y el funcionamiento del cerebro. Es así, que no por nada, a nuestros intestinos se le llama nuestro segundo cerebro ya que, básicamente, si los intestinos están sanos, existe una alta probabilidad, de que tu estado mental también.
Microbiota intestinal y repercusiones en la función cerebral
En relación con este estudio en la Universidad de California, se declaró que hay investigaciones que han demostrado que lo que ingerimos como alimento, puede modificar los productos y la composición de nuestra flora intestinal, más en particular, se habla de que el ambiente intestinal o la microbiota de las personas que ingieren dietas con un gran contenido de fibra y vegetales, tienen una composición diferente a las personas que consumen la típica dieta occidental que, todos sabemos, es alta en carbohidratos y grasas. Y ahora sabemos que este mecanismo produce efectos no sólo en nuestro metabolismo, pero también tiene repercusiones en la función cerebral.
Sistema inmunológico situado en los intestinos
Mientras que los científicos dicen que todavía necesitan hacer investigaciones adicionales en cómo exactamente esto ocurre, algunos creen que la microbiota intestinal libera moléculas de señalización en nuestro intestino, afectando nuestras decisiones dietéticas. Dado que, este segundo cerebro, el intestino, está vinculado con el sistema inmunológico, el sistema endocrino y el sistema nervioso, estas señales afectan por lo tanto nuestras reacciones fisiológicas y de comportamiento.
Sin embargo, al igual que las bacterias pueden influir en nuestros comportamientos, podemos alterarlas mediante el cambio de lo que consumimos, lo que podría alterar la bacteria en sí. Investigaciones en el Centro de Evolución y Cáncer, proponen que las bacterias intestinales podrían influir en lo que comemos manipulando señales en el nervio vago, que conecta 100 millones de células nerviosas del tracto digestivo a la base del cerebro.
Intestinos – el segundo cerebro
Debido a la profunda influencia del intestino sobre la salud mental en los seres humanos, muchas personas llaman a los intestinos “El segundo cerebro”, ya que los microbios que se encuentran por todo el cuerpo realmente pesan el doble que el cerebro humano. Mientras que los experimentos que prueban el impacto de las bacterias intestinales en la salud mental están en las etapas iniciales, los investigadores parecen haber encontrado un vínculo claro entre tener más bacterias intestinales fuertes y tener un cerebro más saludable.
De hecho, otro estudio encontró que adultos jóvenes que comen más alimentos fermentados, o aquellos que contienen probióticos, tienen menos síntomas de ansiedad social que los adultos que no comen alimentos fermentados. Esto podría atribuirse al hecho de que las bacterias sanas baja síntomas de ansiedad en general en nuestro “segundo cerebro”, el intestino. Los estudios sobre cómo la salud intestinal afecta la depresión están en curso, pero sí sabemos que la mayoría de los medicamentos para la depresión contienen serotonina, una sustancia química que se encuentra naturalmente en ciertos alimentos.
La principal autora del estudio de la Universidad de California, la Dra. Kirsten Tillisch, ha reportado que es muy frecuente que los pacientes mencionen que no fue hasta que empezaron con problemas intestinales que a su vez vino la ansiedad y depresión en ellos. El estudio que efectuaron en la UCLA, fue para mostrar que la conexión intestino-cerebro es una calle de dos vías.
Nuestro mundo moderno se basa en gran medida en los alimentos procesados nutricionalmente carentes, lo que puede explicar por qué tenemos tantos problemas de salud digestiva y mental hoy en día. Estos alimentos tóxicos pueden explicar por qué las sociedades occidentales en particular tienen tasas tan altas de ansiedad, depresión, trastorno bipolar y otros trastornos mentales comunes.
Cómo tratar el segundo cerebro para la ansiedad y la depresión
Entonces, ¿qué puedes hacer para promover las bacterias intestinales saludables para reducir la ansiedad y la depresión?
- Elimina, o reduce en gran medida, los alimentos altamente procesados.
- Consumir alimentos enteros y frescos directamente de la naturaleza, permitirá que tu sistema digestivo se restablezca, por lo tanto, alterará las bacterias en tu intestino. Opta por frutas, verduras, nueces, semillas, batatas, alimentos fermentados y una pequeña cantidad de productos lácteos orgánicos no pasteurizados y carnes magras y orgánicas.
- Introduce alimentos más fermentados y no pasteurizados en tu dieta.
- Los alimentos fermentados contienen bacterias de ácido láctico, una bacteria beneficiosa que promueve buenos microbios dentro del intestino. Ejemplos de alimentos fermentados que puedes comer incluyen el tempeh (hecho de soja fermentada), miso, kefir, chucrut, kimchi, kombucha y yogur.
- Come alimentos ricos en fibra.
- Un estudio publicado por el profesor Andrew Smith en la Universidad de Cardiff en 2002, reveló que comer más fibra resulta en mayores niveles de energía, más claridad y una mentalidad más positiva en lugar de comer una dieta baja en fibra. Además, las dietas altas en fibra pueden reducir la fatiga y disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades de los intestinos, incluyendo el cáncer.
- Alimentos ricos en fibra básicamente incluyen tres grupos de alimentos: frutas, verduras y almidones como el arroz integral, las patatas dulces y otros granos clasificados como carbohidratos complejos.
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