La serotonina es una sustancia química que producen nuestras neuronas para comunicarse entre sí. Es un neurotransmisor que actúa también como hormona y que facilita además, procesos clave para nuestro bienestar. A menudo, la definimos también como la “partícula de la felicidad" por su acción sedante y antidepresiva, la cual, tiene una relación directa con el estado de ánimo.
Hace solo unos meses, la revista Nature Communications nos sorprendía con un interesante estudio llevado a cabo por la University College de Londres. Según este trabajo, la serotonina regula la paciencia y el control de impulsos. Algo esencial para favorecer el aprendizaje y esa persistencia necesaria para alcanzar objetivos.
Los datos que se descubren cada año sobre este neurotransmisor son sin duda fabulosos. Así, entre sus múltiples funciones, conocidas ya desde hace tiempo, están por ejemplo su capacidad para regular nuestro apetito y esos ciclos del sueño, donde un nivel excesivo de este compuesto puede dar lugar al insomnio.
Además, ejerce un papel importante sobre nuestra sexualidad, ya que, cuando se encuentra en niveles moderadamente elevados, el deseo sexual aumenta. Por el contrario, cuando se encuentra en niveles bajos puede ser la responsable de la disminución del apetito sexual.
La serotonina además interviene en el enfado, en la agresión, en la regulación del humor, en la temperatura corporal y en la sensación del dolor.
La serotonina es la medida objetiva de nuestro estado de ánimo
¿Qué hace la serotonina en nuestro cuerpo?
En niveles adecuados, la serotonina produce una sensación de placer y bienestar en nuestro cuerpo. Por el contrario, cuando se encuentra en niveles bajos, debido a una mala alimentación o a periodos prolongados de estrés, se asocia con trastornos de ansiedad.
Así, en palabras de neurocientíficos expertos en salud cerebral como Eran Lothem, la serotonina (5-HT) es un neuromodulador esencial muy importante para regulación de muchos procesos biológicos. A su vez, es uno de elementos más importantes de las drogas psicoactivas (antidepresivos).
- Una de las funciones más importantes en las que interviene es en la regulación de la temperatura corporal. Una diferencia de unos pocos grados de temperatura corporal puede suponer la muerte masiva de grandes grupos de tejidos celulares.
- También tiene una función importante en la salud de nuestros huesos. Las personas que toman antidepresivos (inhibidores de la recaptación de la serotonina) durante periodos muy largos, pueden ver como efecto secundario, una pérdida de su densidad ósea.
En la infancia, la serotonina, regula la secreción de hormonas, como la del crecimiento. Cambios en el nivel de esta sustancia han sido asociados con desequilibrios mentales como la esquizofrenia o el autismo infantil.
“El cuerpo debe estar en perfectas condiciones. Si se deteriora el cuerpo, se deteriora el ajedrez. No se puede separar el cuerpo y la mente"
-Bobby Fischer-
La hormona del bienestar y del placer
La investigación sobre el bienestar subjetivo revela una valiosa información sobre las fuentes de la felicidad individual. Un hallazgo importante lo encontramos en cómo este neurotransmisor se relaciona de manera directa con un estado de ánimo positivo y con motivación.
Así, si hiciéramos una tarta con todos los factores que influyen en la felicidad y la dividiéramos en 100 porciones, 50 corresponderían a la genética. Concretamente, el gen transportador de la serotonina, el gen 5-HTTLPR es el responsable de la sensación de felicidad.
- Jan-Emmanuel De Neve, autor del estudio que puso de relieve la importancia de este gen, advierte que no es solo un gen lo que determina que una persona se sienta satisfecha o no con su vida.
- De Neve matiza que todavía no está claro cómo influye este gen en el cerebro, pero sí se sabe que niveles adecuados del gen 5-HTTLPR aumentan la predisposición de una persona a la felicidad.
“La felicidad no depende de logros o situaciones ideales, sino de nuestra salud mental"
-Rafael Santandreu-
¿En busca de la felicidad? Aumenta tus niveles de serotonina
Aumentar de forma natural nuestros niveles de serotonina es una de las mejores cosas que podemos hacer para invertir en felicidad, en bienestar. Ahora bien, para lograrlo debemos trabajar dos estrategias muy concretas: la comportamental y la psicológica.
Veamos ejemplos sobre estas dos dinámicas.
Estrategias comportamentales
Practicar ejercicios de relajación de forma habitual nos ayuda a eliminar el estrés.
- Dormir bien y sentirnos descansados.
- Realizar eejercicios de relajación consisten en relajar las partes del cuerpo a través la tensión y distensión de los músculos.
- Reducir el consumo de alimentos basura, ricos en azúcares, conservantes y harinas blancas.
- Evitar el alcohol.
- Consumir alimentos frescos.
- Las frutas y el chocolate negro facilitan el aumento de serotonina.
Factores psicológicos
- Realizar actividades placenteras y nos hagan sentir bien influyen en el aumento de serotonina, mejorando nuestro estado de ánimo.
- Actividades como compartir tiempo con amigos y familia, tomar el sol, reír y no olvidarnos de nuestras pasiones y aficiones son pilares clave para el bienestar.
Además, y para terminar, hay que puntualizar que los factores genéticos inciden sobre los niveles y la producción de serotonina, explicando por qué algunas personas son más propensas que otras a desarrollar ciertos trastornos.
“La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos"
Henry Van Dyke
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