y cuidarlas, regarlas, sembrar semillas… todas estas prácticas podrían reportarnos bienestar. En este artículo, hablamos de los 7 beneficios psicológicos de tener plantas.
Como veremos, tener plantas puede reportarnos calma, puede ayudar a responsabilizar a los niños porque les damos una tarea que hacer (y un ser vivo al que cuidar), puede favorecer nuestra autoestima, etc.
Pero ¿por qué? Y, ¿qué más beneficios psicológicos de tener plantas encontramos? ¡Hablamos sobre ello!
7 beneficios psicológicos de tener plantas
Tener plantas puede dar vida a nuestro hogar y, además, nos pueden hacer sentir bien. Son seres vivos a los que hay que cuidar, y su cuidado, puede reportarnos grandes beneficios a nivel psicológico. Conozcamos algunos de ellos.
Fomentan la calma
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Nacional Chungnam de Corea en 2015 afirma que las plantas pueden ayudar a calmar a las personas, al suprimir el sistema nervioso simpático. En el estudio, se propusieron dos condiciones; en una de ellas, los participantes completaban una tarea de computadora, y en la otra, trasplantaban una planta.
Se midieron los efectos psicológicos y fisiológicos en estas dos tareas, y los investigadores observaron que los hombres que habían trasplantado la planta estaban mucho más tranquilos después de dicha tarea en comparación con los que habían realizado la tarea de la computadora.
Alivian tensiones
No es el hecho de tener una planta lo que nos libera la tensión, sino el hecho de cuidarla y regarla. Así, estos momentos de cuidado de la planta nos ayudan a evadirnos y a aliviar la tensión acumulada durante el día. Esto puede ser realmente relajante y un elemento clave para combatir el estrés, la ansiedad o la depresión.
Nos hacen compañía
Otros de los beneficios psicológicos de tener plantas es que nos pueden hacer compañía. Lógicamente, no es una compañía igual a la de una mascota o una persona, pero sí pueden tener un impacto psicológico positivo en nuestro bienestar. Así, en realidad las plantas son más que un mero elemento decorativo; tienen vida, las vemos crecer día a día y hasta nos pueden evocar recuerdos felices.
Fortalecen nuestra autoestima
Aunque suene un poco raro, lo cierto es que sí, otro de los beneficios psicológicos de tener plantas es que pueden ayudarnos a fortalecer nuestra autoestima. Ver crecer y florecer a las plantas nos reporta satisfacción personal, y además, es el resultado del cuidado y la dedicación que les hemos dedicado.
En cierta manera, esto puede hacernos sentir bien, sentirnos realizados, lo que favorecería nuestra autoestima.
Organizan nuestra mente
Las plantas también pueden ser beneficiosas para nuestro orden mental. Organizar las rutinas diarias en torno a su cuidado puede ser una vía para aprender a poner orden en nuestra agenda semanal, por ejemplo. Así, en cierta forma, priorizamos aquellas actividades esenciales con respecto a las que no lo son tanto.
Mejoran el estado de ánimo
Tener plantas, ya sea en la terraza, el balcón, el jardín o en el interior del hogar, puede mejorar nuestro estado de ánimo: ¿por qué? Porque le dan vida al piso y, además, pasar un rato con ellas a la luz del sol aumenta nuestros niveles de endorfinas. Esto conduce a una sensación de bienestar y mejora del estado de ánimo.
Ayudan a socializar
Si compartimos la afición por las plantas con amigos, esta práctica (cuidarlas, regarlas, plantarlas…) puede ayudarnos a socializar (también con personas que no conocemos).
Intercambiar semillas o esquejes, pedir consejos, enseñar a trasplantar… son algunas prácticas que podemos compartir con otras personas.
Nos ayudan a desconectar
Dedicar unos minutos al día a regar las plantas, verlas crecer, incluso hacerles fotografías, puede ser nuestro pequeño momento al día de desconexión. El hecho de sembrar, podar, quitar hojas secas… son también prácticas que requieren atención, lo que implica pasar un rato alejados de los problemas cotidianos.
Responsabilizan a los más pequeños
Lo cierto es que tener una planta y cuidarla para que no se muera y para que crezca y florezca, es una responsabilidad. Podemos aprovechar estas prácticas (sembrar, podar, regar…) para responsabilizar a los más pequeños de la casa.
“Si quieres ser feliz, establece una meta que guíe tus pensamientos, libere tu energía e inspire tus esperanzas”.
-Andrew Carnegie-
Escoge tus plantas
Tener plantas en el hogar, ya sea en el balcón o la terraza o en el salón, pueden dar mucha vida y color a nuestra estancia. Hay plantas de todo tipo en cuanto a tamaño, forma, color, características, necesidades de riego…
Escoger las que nos más nos gusten y las que realmente podamos cuidar (¡siempre podemos tener cactus!), nos ayudará a personalizar aún más nuestra casa. Además, como hemos visto a lo largo del artículo, tener plantas en casa y cuidarlas a diario puede favorecer nuestro bienestar psicológico y nuestra salud emocional.
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