26 mayo 2021

SÍNTOMAS DE UN CAMPO DE ENERGÍA ROTO.






SÍNTOMAS DE UN CAMPO DE ENERGÍA ROTO.
Las razones por las que nuestra energía se puede llegar a debilitar o romper son muchas. Es muy común por ejemplo, que después de un fuerte enojo nuestra energía se rompa y se creen huecos (por eso nos sentimos tan cansados después de un fuerte coraje).
También altos grados de estrés, ansiedad y frustración prolongados suelen ir haciendo nuestra energía polvo hasta crear huecos. Estos huecos nos hacen sentir debilitados y sobre todo vulnerables a toda la energía externa. Y cualquier tipo de energía externa tendrá acceso a nuestra energía, lo cual no es muy bueno cuando habitas ciudades tan caóticas como las nuestras.
Todos los estímulos, las preocupaciones , enojos, estrés de las personas que nos rodean, o con las que permanecemos más tiempo, en el trabajo por ejemplo, nos pueden llegar a afectar, gracias a que nuestra energía está abierta.
En cualquier caso el primer paso es hacerse responsable de tu situación energética y aceptar que haya sido lo que haya sido lo que provocó ese estado energético actual, tu lo permitiste. En muchos casos la energía se desgasta o rompe porque las intenciones de otras personas nos hacen daño. Pero es importante hacerse consciente que a nivel consciente o subconsciente tu permites que entrar ese daño. Tu accedes a ese acuerdo, a ese juego.
Cuando nos hacemos responsables, venga el daño que venga externo o interno, nosotros recuperamos nuestro poder al decidir si estamos de acuerdo en jugar ese juego o no. Todo cambia a partir de ahí. Así que si en este momento de tu vida hay algo o alguien que detone tu enojo, tu impaciencia, tu culpa, toma en cuenta que si te está afectando es porque tu lo estas permitiendo. Nadie ni nada puede hacerte daño si no estas de acuerdo, si no estás dispuesto a jugar ese juego.
Algunos síntomas que nos indican que nuestra energía está debilitada o que nuestro campo de energía está rota:
Estas muy cansado generalmente.
Difícilmente algo logra inspirarte.
Desgano, falta de entusiasmo, malestar general.
Mal humor y ataques de enojo o ira sin motivo justificado.
Tiendes a ver el lado negativo de cada situación.
Sientes una angustia sin motivo aparente.
Sientes un vacío interior difícil de explicar.
A veces no te reconoces por tus acciones.
No consigues tener energía por mucho que descanses.
Respondes desmesuradamente a cualquier cosa que interpretes como un ataque verbal.
Dolores o molestias en cuello y/o espalda.

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