Si es una piel que se quema con facilidad necesariamente debemos optar por una protección muy elevada (como mínimo del 50 ), si en cambio es una piel que no suele quemarse y que se broncea bien con un factor 30será suficiente. Eso sí, aunque seas muy morena y no te quemes no bajes de este índice porque no han demostrado eficacia como profilaxis del cáncer de piel. En pieles muy sensibles no es suficiente solo el fotoprotector sino que debemos recurrir a las barreras físicas (camisetas o gorras).

1. Bebés y niños: especialmente si no han cumplido los tres años su piel es delicadísima. Necesitan un SPF 50 y fórmula con filtros físicos. Lo mismo ocurre con las pieles alérgicas o con intolerancia al sol.

2. Extra sensibles: Rubios, pelirrojos y de piel clara se queman en cuanto reciben un rayo de sol, aunque estén en la playa, en la montaña o en el exterior. No deben bajar nunca de un SPF 50

3. Medias: se queman si no tienen cuidado y van cogiendo color poco a poco, lo mejor es que de vacaciones se muevan entre un SPF 50 y el 30. En la ciudad o al aire libre, basta con un SPF 20 o un 30.

4. Morenas: aguantan muy bien el sol, que sólo les afecta si están en alta mar o en zonas tropicales. Necesitan un SPF de 30 a 50, aunque pueden bajar hasta el 30 o el 20 en un día normal bajo el sol.

5. Oscuras: como casi nunca se queman, les basta un SPF 10 cuando están en el exterior, aunque les conviene elevarlo hasta un SPF 30 si van a exponerse a un sol más intenso.
Objetivo bienestar